Es momento de hablar

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Almorzamos con el placer culpable de ingerir mas grasas de las que estaba acostumbrada.
-Si vamos a comer chatarra vamos a hacerlo bien-Habia dicho André cuando se acerco con las bolsas del pedido en manos, de las que saco papas fritas, gaseosas y dos hamburguesas grandes.
Al no tener la costumbre quede satisfecha a la mitad de la hamburguesa. No tuve mas remedio que guardarla hasta que volviera a tener apetito.
Cuando ya caia el atardecer y con ello la temperatura, decidimos ir al supermercado a surtirnos de lo necesario para el mes que comenzaba.
Llegamos al supermercado para ver por todos lados disfraces y caramelos alusivos a la noche de brujas, me acerque para ver la gran diversidad que el mercado ofrecia para esta ocasion: chocolates, caramelos, paletas, gomitas... estaba encantada.
Mire a André con la intencion de pedirle que llevara unos cuantos cuando encontre que el ya tenia en el carrito bolsas de golosinas, y no solo para halloween si no que habian alli frituras, chocolates y otras cosas.
Compramos unas cosas mas y nos dispusimos a volver a casa. Alli nos dedicamos a preparar la cena, asi hasta que mi esposo desaparecio por un momento. Termine la cena y comence a buscarle. Le encntre en la sala de estar conectando la computadora portatil al televisor.
-¿Que haces?-Dije mientras me acercaba.
-Preparo nuestra noche de cine.
Rei mientras le abrazaba, siempre me sorprendia, encontraba la manera de sacarnos de la rutina.
Mientras el seguia con ello, me dedique a terminar algunas tareas que la universidad me habia impuesto. Cuando termine cenamos para luego sentarnos en el sofá para ver las peliculas que André habia descargado.
Nos quedamos largo tiempo tranquilos viendo diversas peliculas hasta que el timbre comenzo a sonar. Eran niños de la comunidad que, disfrazados, corrian por los pasillos pidiendo truco o trato.
Les dimos sus dulces y reimos viendo los ingeniosos disfraces que sus padres les habian hecho o comprado.
Asi pasamos la noche desde el sofá a la puerta y viceversa, hasta que a las once los niños dejaron de pedir dulces y nosotros por fin pudimos descansar.
Lorde fue a descansar en su rincon como gato perezoso que es, mientras nosotros nos preparabamos para dormir.
Nos recostamos con todas las luces apagadas, incluido el televisor. Necesitaba la sensacion de estar solos, tranquilos, solamente los dos.
Me abrace al pecho de André sintiendo como subia y bajaba con cada respiracion. Acaricie su pecho con la palma de mi mano.
-Me hacias mucha falta-Murmuro mientras acariciaba mi cabello.
-Y tu a mi... pero tuve tiempo de pensar en muchas cosas.
-Creo qu es momento que hablemos.-Susurro, era obvio, habia mucho de lo que hablar.
-Eso creo.
-Pienso que no he sido un buen esposo para ti.
Quise decir algo pero me detuve al ver que queria seguir hablando de ello.
-Mi costumbre era mantenerme trabajando, pero no sabia el daño que podia hacerle a nuestro matrimonio.
-Lo se, yo tampoco lo sabia.
-Soy culpable de todo, amor. De dejarte sola, de la muerte de nuestro hijo...
-No supe que estaba embarazada hasta que cai en la pista y comence, bueno, a sangrar...
-¿Caiste?
-Si, cai, comenzo a dolerme y sangrar, me llevaron enseguida al hospital y... solo paso.
André dio un sollozo y me abrazo con fuerza.
-Mientras yo areeglaba finanzas lejos de ti.
-Si.
Siguio dando sollozos hasta que se sento en la cama.
-Si hubiera estado contigo todo habria sido diferente, tu estarias bien y, quizas nuestro hijo tambien.
Me sente abrazandome a mis rodillas. Tenia un nudo en la garganta, un gran nudo que no me dejaba tragar la pena que me embargaba.
Me abrazo con gran fuerza, casi como si quisiera fundirse en mi, podia sentirlo, su arrepentimiento, su tristeza, su dolor.
-Te he dejado de lado, a mi esposa, a mi vida. Descuide lo mas valioso que tengo, por unas cuantas obligaciones.
-André, no hace falta...-Tenia los ojos empapados y no lograria sostener las lagrimas mucho mas tiempo en mis ojos.
-Si, si lo hace. Voy a remediarlo y voy a ser el esposo que te mereces.
Ambos estabamos sollozando, las lagrimas me delataron resbalando por mis mejillas. Asi nos fuimos sincerando durante la noche.
-Te extrañe tanto, me hiciste tanta falta en el departamento, en el patinaje, en el hospital, cuando murio nuestro hijo...
André beso mis lagrimas, mis mejillas humedas y mis labios salados; hasta que todo se hubo dicho, hasta que nos recostamos el uno en brazos del otro para dormirnos y darnos cuenta que aun eramos un matrimonio, que aun nos teniamos el uno para el otro, ncndicionalmente.

Huellas en el hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora