Una noche mas que buena

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Los entrenamientos siguieron su curso hasta el dia 24 de Diciembre, cada dis la rutina salia mejor y eso no dejaba de fascinarme.
Aquel dia no entrenaria, pero tenia pase libre a la pista de patinaje hasta las cuatro de la tarde, que seria la hora en la que los empleados la cerrarian para poder irse a casa. Maritza tendria el dia libre y Nana estaba pensando en que cocinaria para la cena.
Mamá habia salido a comprar unas cosas y papá habia ido a la compañia, supongo que a trabajar.
Ya estaba levantada y mas que relajada. El sonar de mi telefono llamo mi atencion, era André.
-Espero que ya lo hayas pensado.
-¿Que cosa?
-La fiesta de mañana... no me digas que lo olvidaste.
-Tengo una condicion.
-¿Ah si?
- Que Nana tambien vaya.
-Eh... disculpa, pero no se quien es Nana.
-Mi abuela.
-Ahhh la señora Katherine, ningun problema.
Ambos reimos, aun a traves del telefono su risa era encantadora.
-Entonces ¿Te veo mañana?
-Nos veremos mañana, señor Accault.
Corte la llamada con ese remolino que fatigaba mi estomago cada vez que hablaba con André. Estaba verdaderamente emocionada por primera vez por un muchacho en mucho tiempo.
-Nana, mañana hay una fiesta y nos han invitado, claro que eso te incluye tambien.
-Lo se querida, tus padres lo comentaron hace algunos dias. Realmente estan contentos con la familia Accault, tu padre dice que el negocio sera una alianza que los beneficiara a todos.
-Eso creo...bueno, ire un rato a practicar, jamas esta demas.
Nana sonrio y sali corriendo con bolso en mano hacia la pista de patinaje. Tenia que sacar de mi toda esta efervescencia que sentia vibrando en mi interior, burbujeando, trayendome esta sensacion tan nueva.
Entre y alli estaba Miguel practicando, Rosa debia estar en algun lugar de la pista, me puse los patines, luego de poner musica y me acerque a el.
-Miguel vamos-Dije al verlo tan complicado con los patines- hazlo despacio, con cuidado...
-Tu lo haces muy bien.
-Es porque practico todos los dias.
Comence a darle indicaciones que pronto acato sin problema, podia moverse en el hielo sin caer, estaba progresando.
Rosa aparecio a un lado de la pista, la encontre observandonos y me alegre de la sonrisa que desplegaron sus labios. Pasaron las horas y salimos de la pista, los tres.
- No crei que fueras a venir-Dijo Rosa.
-Queria hacerlo, tenia ganas de patinar.
-Creo que eso siempre-Rio de buena gana.
Caminamos ante una cafeteria y Miguel se quejo del hambre que a esa hora seguramente sentia.
-Vamos, en casa comemos-le dijo Rosa.
Me agache al lado de Miguel riendo.
-¿Quieres un chocolate caliente?
Asintio energicamente y mire a Rosa.
-Vamos, les invito un chocolate, hoy tengo pase libre, es noche buena.
Rosa suspiro y asintio, derrotada.
Entramos a la cafeteria y nos acercamos a la barra, donde esperamos a decidir bien lo que queriamos.
Les inste a que pidieran sin preocupacion lo que querian y me alegro que asi lo hicieran. Ademas de los tres chocolates calientes, pedimos unos pasteles, que a esta hora nos venian muy bien.
Pasamos una hora disfrutando la calidez del lugar, hablando de Miguel y de patinaje.
-Quizas, pronto puedas ser mi pareja de patinaje-Comente riendo- Claro que solo si le pones mucho empeño.
-Claro que lo hare, y competiremos juntos.
Reimos y nos despedimos a la salida de la cafeteria. Rosa llevaria a Miguel al supermercado para obtener todo lo necesario para esta noche.
Habia olvidado lo hermosa que es la navidad para los niños pequeños y me detuve a pensar en lo que era mi vida hasta ese momento.
Mis amigos eran mas que suficiente, me divertia con ellos y me entendian... mis padres eran otro asunto, siempre oponiendose a mis desiciones, el patinaje, mi carrera, cuestionandome como si fuera una chiquilla que no sabe lo que hace.
Nana era completamente lo opuesto y Maritza se le unia, ambas eran muy buenas conmigo, apoyandome siempre.
Entonces estaba André...
Me puse los audifonos y me dispuse a caminar a casa. Cuando llegue me mantuve en la maquina de bicicleta para aprovechar el tiempo, eran cerca de las seis de la tarde y no cenariamos hasta las diez aproximadamente.
Entrene largo tiempo, enfrascada en la musica que resonaba entre mis timpanos, hasta que el cansancio me detuvo. Me duche para relajar los musculos y fui a la habitacion, pensando en el traje que me gustaria para mi proxima presentacion. Lo dibuje en un boceto que me dedique a hacer y lo envie por fax a Rosa para que me diera su opinion. Su respuesta no se hizo esperar:
"Me agrada, seria bueno si estuviera en tonos dorados con algo de anaranjado, ya sabes, para que represente lo que queremos:Verano"
Luego de la aprobación de mi entrenadora se lo envie a la mujer que confeccionaba mis vestidos con las indicaciones, asi me aseguraba de tenerlo para las regionales.
Eran ya las nueve de la noche y el olor del festin llego a mi nariz, estaba comenzando a sentir hambre.
Corri a la cocina, mis padres ya habian llegado y dentro de un rato la cena estaria lista para comer. Todos nos fuimos a vestir, una vez que todo estuvo listo.
Me puse ropa calida, pues la noche se habia tornado fria y decian que esta noche nevaria, lo que haria mucho mas crudo el frio que ya me invadia.
Una vez que estuvimos sentados a la mesa, Nana dijo las oraciones y nos dispusimos a comer.
La comida estuvo deliciosa, cada año Nana cocinaba mejor y agradecia en lo mas profundo su presencia de ángel aqui en casa.
Luego del postre nos sentamos en el salon alrededor del arbol de navidad y les prepare té para terminar una ocasion tan especial. Estaba sirviendo las tazas cuando mis padres me llamaron a sentarme a su lado. No sin cierto nerviosismo me sente en el taburete que alli se encontraba.
-Hemos estado pensando-Comenzo papá- que hemos sido demasiado duros contigo.
-Creemos que puedes ser lo que desees-Siguio mamá.
-Si patinar es lo que quieres, adelante.
Nana me conto lo bien que lo hiciste en la competencia.
-Mi suegra luego de ese dia, hablo con nosotros. Ella nos dijo, que ya era tiempo. Y creemos lo mismo.
-Queremos que seas la mejor patinadora, la mejor nutricionista y que sepas que tienes todo nuestro apoyo.
Sonrei con los ojos cristalizados, voltee a ver como Nana lo hacia tambien.
-Vamos, muestrales la medalla que ganaste ese dia-Me alento.
Me levante corriendo y volvi con la medalla de primer lugar, depositandola en las siempre arregladas manos de mi madre.
-Wow...
Ese fue mi milagro de noche buena, por fin me sentia plena... y pronto lo demostraria ante todos, sobretodo a mis padres.

Huellas en el hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora