Cuando desperte André estaba sentado en la cama con el telefono en el oido. No quise moverme para no asustarle, queria escuchar.
-Bien, entonces nos vemos ahi.
Fue lo unico que pude escuchar, me estremeci, pero no pude cerrar la boca ante la pregunta que pujaba contra mis labios.
-¿Con quien hablas?
-Am, yo hablaba con alguien de la oficina.
Sin creerle del todo me sente a su lado. Nos mantuvimos en silencio, hasta que volvi a envolverme entre las sabanas dandole la espalda.
Estaba molesta, que titubeara era suficiente prueba de que estaba ocultandome algo. Cuando senti que Andre intentaba abrazarme me levante no sin cierta rabia y me meti a la ducha. No pude evitar pensar en quien seria, con quien se veria, donde y cuando.
Sali de la ducha para vestirme, la tension y mi sospecha habia creado un nudo en mi estomago que me habia quitado todo deseo de comida. Cuando termine de vestirme me acerque a la habitacion donde André volvia a hablar por telefono. Esta vez no quise oir nada, por lo que sali con sigilo de la habitacion, cargando sobre mi hombro la pequeña mochila que mi madre habia escondido en la maleta con mi billetera llena de dinero, eso me tranquilizaba.
Corri por las escaleras de emergencia para salir sin ser vista y sin pensar en nada mas, segui corriendo hasta que ya no reconoci donde me encontraba. Que fuera mi esposo no le daba derecho para angustiarme asi. El sol de Roma brillaba sobre mi palida piel y senti la alegria de verme sola en las calles de Italia. Las madres colgaban ropa, los niños corrian y las mas jovenes caminaban con canastos entre las manos, eso fue una iniciativa que no pude resistir. Con las correas de la mochila entre las manos, aspire profundo para darme valor y les segui.
Las calles adoquinadas resonaban bajo mis zapatos mientras seguia a un grupo de tres jovenes que reian mientras apoyaban los canastos en sus caderas.
Camine varios minutos hasta que
Ante mis ojos la calle se abrio para dar lugar a un mercado. Los olores y los colores eran intensos, y la maravilla que se veia ante mi era...un frenesi de emociones con esencia italiana.
Sin saber la equivalencia del dinero, me acerque a un policia que reposaba a un lado de su motocicleta.
Me explico con sencillez el valor de mis dolares americanos. Agradeci cordialmente y corri a los puestos. Habian uvas, fresas, manzanas, aceitunas y una variedad interminable de frutas y verduras que no lograba abarcar solo con mi vista.
El telefono comenzo a vibrar en mi bolsillo, al ver el nombre de André, resople y le respondi.
-¿Donde estas?-Su voz sonaba molesta.
-Paseando. Te vi ocupado hablando por telefono si que decidi salir por mi propia cuenta.
Corte la llamada y apague el telefono sin siquiera prestar atencion a la vibracion que volvia a atormentar mi telefono.
Compre unas fresas que se veian rozagantes y olian delicioso. Las pusieron en una bolsa de papel color crema y las tome con alegria.
Seguramente André estaria preocupado. Me acerque al policia que me habia ayudado antes y le pedi las indicaciones para volver al hotel, agradeci que habia dado una vuelta entera y yendo por la calle a mi derecha llegaria al hotel caminando unas cuatro cuadras mas o menos.
Fui caminando hasta encontrar una panaderia que se veia maravillosa pintada de colores claros y una pizarra a tiza que anunciaba sus preparaciones al publico. Entre envuelta por el encantador olor de pan recien horneado.
Avance con cierta curiosidad, por el pasillo vacio, no era hora de desayuno por lo que no habian muchos clientes. Me estremeci al sentir la voz de alguien a mis espaldas.
-¿Esta perdida?
Un joven descendiente de los dioses griegos se acercaba viendome intensamente con sus brillantes ojos verde esmeralda. Temble bajo su mirada e intente escapar.
-No se preocupe-Dijo con voz risueña-No muerdo.
Rei por efecto de los nervios que no dejaban de punzar en mi abdomen. El encanto italiano del joven me hizo verle con mirada temerosa, lo cierto era que sus brazos lucian musculosos bajo la camiseta blanca y el delantal de panadero tambien blanco que se ceñia a su cintura. Estuve varios segundos sin saber que responder, por lo que el joven se acerco tomando mi vrazo con cierta delicadeza.
-Venga, venga. Tenemos mucho qyue ofrecer.
En menos de lo que pude imaginar, me encontre caminando frente a los cajones de madera donde se guardaba el dorado pan, que se lucia en su punto maximo punto de delicia con el horneado perfecto. Habian con semillas, en pequeñas porciones redondas y en grandes panes ovalados que se cubrian de linaza y amapola.
Nos encontramos luego ante pasillos donde lucian productos de rotiseria, enlatados con grandes letras que se leian en un perfecto italiano que el pronunciaba con un acento marcado.
Me emocione de gran manera cuando fui llevada a la seccion de pasteleria, donde se lucian prolijos pasteles, masas dulces y otras exquisiteces.
-¿Puede recomendarme algo?-Intente decir con pausas.
-No se preocupe, tambien hablo ingles-Rio de buena gana- Si quiere un dulce, pruebe los cannoli sicilianos que son lo mas tipico que encontrara.
-Ya los probe, son deliciosos.
-Entonces, bella señorina tendra que probar nuestra especialidad, las cassattas. Postre italiano cremoso que va a hacerla querer bailar de la felicidad.
Sonrei ante la ilusion de llevarle una porcion a André, y le pedi al misterioso muchacho que me vendiera dos porciones individuales para llevar.
Las empaqueto con habilidad en papel color crema con marcos de carton que no permitieran que se aplastaran, debido al relleno cremoso que- me explicaba el joven- hacian tan famoso este dulce repostero.
Luego de acercarme a pagar me encamine a la salida, entonces el joven se despidio, agradeci contenta de la fantasia culinaria que era esta panaderia y que el habia tenido la voluntad de mostrarme paso a paso.
Beso mi mejilla con cierto encanto que se me hacia dificil de descifrar.
Entonces senti la presion de una mano en mi muñeca y una mueca de preocupacion se dibujo en mi rostro.
-Aqui estas, me tenias tan preocupado-Era André.
Me vi siendo encaminada al hotel en silencio, mi muñeca habia sido apretada con fuerza, lo que me provocaba cierto dolor. La fuerza con que lo habia hecho-Estaba segura- habian arruinado las cassattas.
Entramos con cierta tension colgando en el aire, y me sente en la cama, mientras escuchaba los regaños de André.
-No soy una niña, André. Estabas tan ocupado hablando por telefono que no pude evitar querer salir. Nisiquiera te diste cuenta de que sali hasta que ya estuve lejos.
Me miro sorprendido, el sabia que yo no era una joven de protocolos ni palabras bonitas.
-Pero...
-No, André, quizas si estuve mal yendome asi. Pero descubri una cara de Italia que no habia visto. Busque algo para que comieramos para sorprenderte... y resulta que los has arruinado.
Mire el paquete de papel cremoso hasta que el poso la vista en las abolladuras que habia dejado sobre su exterior.
Entre al baño con impetu y me di una ducha que me ayudaria a pensar. Sali del baño y vi sobre la mesa de noche el paquete abierto de las cassattas destruidas. André no estaba, asi que en lugar de escapar, me sente en la cama al estilo indio y me quede alli viendo peliculas, hasta que el sueño me rindio sobre las colchas.
Cuando desperte, me encontre con la apenada mirada de André. Vi mi muñeca como un recordatorio de la forma en la que habia reaccionado, se habia formado un moreton doloroso. Quise llorar cuando quise moverla, jamas crei que el me haria eso...
-¿Yo hice eso?-Murmuro.
Me mantuve en silencio, con las lagrimas agolpadas en los ojos, sabia que si hablaba mis voz se quebraria y no queria sentir esa sensacion de querer decir tanto y no poder hacerlo, esa horrible impotencia...
Senti el abrazo en el que quiso envolverme y no pude evitar llorar. Me solte de su agarre y llore abrazada a mis rodillas.
-Dijiste que no me harias daño-Murmure entre sollozos.
Entonces lagrimas mojaron mi hombro, era el... Se lamento largo tiempo, pidiendome perdon, que no habia sido su intencion, que no volveria a suceder jamas.
-La proxima vez, me divorciare. Asi de simple.-Dije resuelta.
Me miro con sorpresa, desde el fondo de sus ojos enrojecidos por el llanto, mientras afirmaba sin poder aun detener las lagrimas.
Jamas pense que esto fuera a suceder asi... me estremeci al ver sobre la otra mesita de noche un paquete color crema, me levante a abrirlo y encontre dos perfectas cassattas. Era su forma de disculparse...
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Huellas en el hielo
Teen FictionEl patinaje siempre ha sido mi vida... me encanta, me relaja, me... en fin, enserio adoro patinar. Mis padres siempre me dicen que soy una loca por no sociabilizar en la escuela, pero eso no es lo realmente importante...¡Solo quieren que me case ya...