Celos

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Las semanas pasaron y papá logro inscribirme en administracion de empresas con un cupo especial, empezaria las clases en una semana mas.
Dentro de unas semanas serian las regionales y mi nueva rutina iba bastante bien encaminada, por lo que no sentia gran presion, cada vez iba ir mejorando, para lograr que, la primera vez que mis padres me vieran competir, se encantaran tanto que no quisieran sacarme del hielo jamas.
Bueno, pues estaba comenzando desde cero otra vez. Jane no estaba contenta por nuestra separacion academica... pero si queria ser considerada como futura heredera de la familia, debia dedicarme a ello.
Luego de largas horas de patinaje, volvi a casa para almorzar y descansar un poco.
Maritza me habia preparado una ensalada, si que me sente con ella a almorzar en la cocina, pues nadie mas estaba en casa. Luego de dedicarnos a charlas amables, puse una pelicula de comedia para pasar el rato.
Para descansar subi a mi habitacion, recostandome en la cama.
Extrañaba demasiado a André, por muy cursi que pudiera sonar... me envalentone -no sin cierto miedo- tome mi telefono y le marque.
-¿André?
Me paralice al escuchar una voz femenina al otro lado de la linea.
-Lo siento... me temo que André no esta disponible, digamos que esta indispuesto. No quiero despertarlo. La verdad es que ambos estamos agotados.
La voz de RoseMary me estremecio y los celos me embargaron. No supe en que momento corte la llamada ni como corri tan rapido a la pista de patinaje... pero en cuanto lo note... estaba patinando freneticamente y con lagrimas en los ojos.
Los saltos salian rabiosos, las cuchillas crujian furiosas contra el hielo inocente y mis pies, que aun no sanaban del todo, dolian.
Solo me detuve cuando la voz de Rosa resono:
-¿Estas loca? ¿Por que patinas con tanta rabia?
Le mire un momento, agotada.
-Es mi escape...
Solo eso murmure, cuando ella parecio comprender que no debia preguntar mas.
-Vamos, una vez mas la rutina y podras irte a descansar.
No habia notado lo tarde que era, ya habia anochecido.
Me posicione volviendo a la calma, acariciando el hielo luego de la golpiza que le habia propinado momentos antes... le debia una disculpa y no habia mejor manera de hacerlo que regalandole mi rutina.
Cuando llegue a casa, el auto de André estaba esperandome afuera. Confundida, revise el telefono donde tenia ocho llamadas perdidas.
Quise pasar de largo, cuando bajo del auto y se acerco a mi.
-Cariño, te he llamado toda la tarde-Dijo tratando de abrazarme.
El empujon que le di lo dejo mas que desconcertado.
-Yo no pienso volver a llamarte jamas.
Estaba llorando, y no solo eso, las lagrimas caian a torrentes por mis mejillas ... pensando en la llamada que la habia hecho durante la tarde. Le entregue el anillo antes de mirarle por ultima vez y correr a casa. Me encerre en la habitacion. Me meti a la ducha y llore largo rato bajo el chorro del agua caliente...
Cuando mire por la ventana, el seguia ahi. Mas no me acobardaria.
Pasaron los dias y segui ignorandole. Las llamadas, las visitas, los regalos que intento enviar a mi puerta... nada.
Estaba a tres dias de las regionales cuando fui a la pista de hielo a comprobar que mis patines estuvieran lo suficientemente ablandados para competir con ellos.
Mire el anillo que por alguna razon aun traia puesto y luego de hacer tres veces la rutina de manera perfecta, sali de la pista... alli estaba André esperandome.
Intente esquivarlo, cuando murmuro:
-¿Por que me ignoras?
Su mirada de tristeza solo conmovio mi llanto... de nuevo.
-Preguntaselo a RoseMary...
-¿Que?
-Tu revolcon con ella es mas que suficiente para romper nuestro compromiso.
Me miro molesto, triste... avergonzado...
Se me acerco intentando abrazarme, habia estado llorando mucho durante estos dias y eso en conjunto con el patinaje, me habian dejado completamente agotada, por lo que le habia sido extremadamente facil.
-Infiel, no quiero nada mas de ti. Vete. No pienso casarme contigo. Dijiste que no dejarias que nada me hiciera daño y tu mismo lo haces...
Seguia repitiendo lo mismo una y otra vez, llorando.
-Alice, no he estado con RoseMary, nisiquiera me he acercado a ella y yo no me he revolcado con nadie.
Con cierta retisencia seque mis ojos ya cansados del llabto y le mire largo rato, dandole la posibilidad de explicarse... pero el no sabia como.
Nisiquiera el podia explicarse lo que estaba sucediendo. Al notarlo me solte de su agarre y me fui a casa sin mirar atras...
Al dia siguiente solo me dedique a las regionales, pero algo faltaba en mi rutina, los saltos eran perfectos pero sin alma y los movimientos graciles pero sin corazon...
Incluso mi apetito habia disminuido y no tenia la menor disposicion de salir de mi habitacion cuando me mantenia en casa.
En medio de la tarde del dia antes de la competencia, André golpeaba mi puerta otra vez. Y yo harta de todo, le abri con la intencion de que me dejara tranquila de una vez.
-Por favor, escuchame-Murmuro- No te vayas.
Me cruce de brazos esperando, cuando el saco una tableta para mostrarme un video.
-Es de la camara de seguridad de mi despacho.
Reprodujo el video donde se veia una oficina elegante y vacia, y a RoseMary entrar, buscando a André solo Dios sabe para que cosa. El telefono que reposaba sobre la mesa- que supuse era de André- comenzo a vibrar y ella lo tomo. Riendo dijo unas frasesy, satisfecha con eso, se iba del despacho. Con cierta incredulidad vi la hora y fecha... exactamente en la que le habia llamado.
Me estremeci al notar lo cruel que era RoseMary y lo facil que habia caido en su juego.
André me miro buscando una señal, una respuesta... vi su rostro oscurecido por las ojeras que supuse este asunto habia provocado y la preocupacion con la que arrugaba el entrecejo.
Me abrazo con todas sus fuerzas y yo hice lo mismo. Le habia extrañado tanto, le queria tanto y ahora mas que nunca... segura que jamas podria traicionarme.
Luego de una conversacion en la que me juraba jamas tendria estas desagradables sorpresas, nos adentramos en la casa donde descansamos, abrazados, entregados al goce amoroso del cual los engaños de RoseMary nos habian privado.

Huellas en el hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora