Vamos a patinar

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La manana de los regionales, André me acompaño a la pista a practicar dos horas antes de la competencia. Se mantuvo sentado observandome, cuando mientras daba un salto, le vi entrando con torpes movimientos a la pista en patines.
Le ayude a levantarse la primera vez que cayo mientras le explicaba como mantenerse en pie, como avanzar y, especialmente, como no caer.
Pasamos una hermosa hora en la que nos dedicamos a ir de un lado a otro de la pista, tomandonos las manos, besandonos sobre el hielo.
Cuando llegamos a la pista donde habrian de ser los regionales, temble un poco al ver la cantidad de participantes y lo maravillosas que se veian.
-Tranquila...
Me abrazo con fuerza antes de ir a estacionar y yo, a enfrentarme a uno de los miedos de mi vida.
En el camerin, Rosa y Nana me esperaban. En un tiempo record estuve peinada, maquillada y vestida, masticando -como siempre- chicle para los nervios.
Fui, en este caso, la octava de diez en la lista para iniciar. Se dividiria en periodos cortos y largos.
El periodo corto era una version acortada de mi turina anterior con Invierno de Vivaldi, ya que Rosa prefirio darle una relacion que marcara una esencia propia, que me hiciera reconocible.
Fue bastante aplaudida y al ver a Rebecca, su mirada me decia que estaba mas que sorprendida por un cambio tan brusco en mi rutina. Sonrei con suficiencia cuando la tuve frente a mi.
Las demas eran excelentes, preciosas, fascinantes...
Solo esperaba ser una milesima mas buena que ellas... mi esfuerzo lo merecia.

Estaba casi en el colapso cuando me llamaron para el periodo largo.
Rosa me sonrio y asi supe que tenia que dar mi mejor esfuerzo...
Me posicione con toda confianza ante los jueces, en posicion, lista para dejar la magia... bueno, suceder.
No cai, eso es un logro... me movi como queria, con ganas, con energia... con vida...
Senti la euforia, la sensacion de vertigo que tanto me encantaba al saltar, al moverme, al girar sobre los patines que mis padres me habian regalado junto con su aceptacion.
Me detuve en medio de aplausos, emocionada, estremecida por el apoyo que la gente me brindaba. Supuse que les habia gustado, si que sonrei llena de gratitud para salir de la pista.
Casi chille de emocion al ver mis calificaciones, las mas altas que habia obtenido hasta ahora.
Los nervios me carcomieron hasta que los primeros lugares fueron anunciados por los altavoces.
3° Rebecca Green
2° Michelle Cloud
Casi no podia respirar de los nervios...
1° Alice Collins
Salte de la alegria mientras me abrazaba a Nana y luego a Rosa... y cuando me acerque al podio... vi en las gradas a los Accault, a mis padres y a mis prometidos que desde alli aplaudian.
Mis ojos se cristalizaron de la emocion, era uno de los momentos mas felices de mi vida... y estaba contenta de compartirlo con mi futuro esposo.
Salimos mas que encantados, fascinados.
-Si hubieramos sabido que patinabas asi...-Mumuro papá.
Fui presa de los abrazos y felicitaciones de mi familia, y mis futuros suegros.
-Felicidades por pasar a las nacionales-Susurro André contra mi oido.
Me voltee para besarlo con toda la euforia que aun sentia recorrer mis venas. Luego tome su librera de mi bolso y se la entregue.
-La he cuidado bien.
Sonrio mientras la guardaba.
Decidieron que debiamos ir a celebrar, a mis padres les encantaba salir a comer, por lo que fue lo primero que se propuso y que al final sucedio, claro que sin dejar de lado a Rosa.
Cuando entramos a uno de esos restaurantes elegantes de mediodia, nos hubimos sentados junto a un gran ventanal que daba a una pileta y nos entregaron las cartas, Rosa me miro con detenimiento.
-¿Debo comer ensalada?- Murmure dudando.
Todos comenzaron a decirle que me lo merecia, que no podia castigarme habiendo ganado, que un poco de buena comida no me haria daño.
Rei al ver que se rendia, encogiendose de hombros.
Escogi un crepe relleno de pollo y champiñones, que me moria por probar.
Cuando di el primer bocado temble de la alegria, contenta, mas que contenta, luego del ayuno a base de ensalada en el que vivia, por fin comida de verdad.
Me detuve a observar mi alrededor, mis padres tomados de la mano, los señores Accault sonriendose como novios... y André mirandome con adoracion.
Creo que podria acostumbrarme a esta sensacion de hogar... asi era... André se estaba convirtiendo en parte de mi vida... en parte de mi hogar.

Huellas en el hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora