¿Romance?

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Le vi a los ojos, capturada por el azul profundo de sus ojos...
-Esa tal RoseMary parece estar muy interesada en ti-Susurre, buscando aclarar ese tema de una vez.
Suspiro largo rato, y me miro con culpa.
-RoseMary quiere y su familia tambien, que unamos nuestras vidas.
-¿Y tu?
-Claro que no, nisiquiera me agrada-Termino susurrando con simpatia.
Me encogi de hombros...
-A mi me quieren casar con su hermano-Murmure.
Me miro con el entrecejo fruncido y una mueca de desagrado que, intentaba, pero no lograba afear su rostro.
-Tu...¿Le quieres?
Fingi escandalizarme, apartandme dramaticamente.
-No, acabo de conocerlo ¿Quien me crees que soy?
Reimos y nos miramos.
-Wow, los pies me estan matando-Dije sacudiendolos, los zapatos eran nuevo yes faltaba ablandar, al menos para no herirme.
-Ven.
Nos acercamos a un sofá de cuero que se recostaba en un rincon del despacho y nos sentamos en el.
Puso su brazo sobre mis hombros, abrazandome con su calor inigualable...
-Estas preciosa.
-No eres el primero que me lo dice hoy- Dije intentando provocarle.
Me miro, ofendido.
-Pero me gusta mucho que lo pienses.
Sonreimos y no pude evitar reposar mi cabeza sobre su hombro derecho.
-¿Que sucedera con... bueno, conmigo, contigo...?
-¿Con nosotros?
Asenti, sinceramente estremecida por los nervios. Podiamos estar bien aqui, pero nada estaba seguro, no en ese momento...
-Mmmm eso depende.
-¿De que?
-De si me permites pretenderte...
La sonrisa que desplego en sus labios me dejo ver la realidad de nuestra situacion. Estabamos alejados de la fiesta, en un sofá, descansando juntos. Algo mas que inapropiado, pero que no cambiaria aunque tuviera la oportunidad.
Sonrei, asintiendo. Claro que era algo mas formal de lo que habria deseado, pero era lo suficientemente dulce para conmoverme y ablandar mi corazon.
Me sostuvo en sus brazos largo rato, la verdad no deseaba que me soltara. Me miro a los ojos, mientras sostenia mis manos entre las suyas.
Nos levantamos y salimos tomados de la mano al toldo donde algunas parejas se mantenian bailando y los demas mantenian conversaciones sobre Dios sabe que cosas.
André me llevo a la pista de baile, y, comenzo a llevarme de aqui para alla, en un dulce vaiven de danza que hacia revolotear en mi estomago las famosas mariposas. Era tal como patinar... pero con alguien mas.
Comenzo a nevar repentinamente, y muchos se adentraron al toldo buscando refugio. Las parejas dejaron de bailar y las conversaciones cesaron... solo eramos el y yo.
Cuando la musica se detuvo, André sostuvo mi mano y me llevo hacia donde estaba Nana. A pesar de lo dominante que puede sonar, agradecia la presteza con la que se manejaba, porque yo aun no asimilaba el sueño que acababa de realizar.
-Señora Katherine, le ruego me permita cortejar a la señorita aqui presente.
Las palabras salieron casi atropelladamente de sus hermosos labios, el tambien estaba nervioso.
-Cortejar a mi pequeña... mmmm, acercate y mirame fijamente a los ojos.
Algo intimidado, André lo hizo. Nana era algo bruja para sus cosas,seguramente buscaba maldad en su corazon. Sonrei al ver la aprobacion desplegarse en sus labios.
-Mas te vale cuidarla muy bien muchacho...
Entonces mis padres y los señores Accault se acercaron al mismo tiempo.
-Que hermosa pareja de bailarines-Rio la señora Accault tomando mis manos.
Mis padres asintieron energicamente y un peculiar brillo en los ojos del señor Alphonse me llamo la atencion de sobremanera.
-Señores Collin...
El murmullo del joven a mi lado llamo la atencion de los señores, expectantes le miraron, esperando.
-Quisiera pedirles, formalmente el permiso para pretender a su hija.
El hecho que André hablara con los adultos como un aristocrata del siglo pasado no le restaba encanto a la proposicion. Mantuve la vista agachada, esperando, nerviosa, escondiendo los dedos con los que jugaba para mantenerme serena.
La risa de mi madre rompio el tenso silencio que se habia formado.
-Ay muchacho, si supieras cuanto espere que dijeras eso, o al menos que admitieras que has salido con mi hija.
Todos rieron ante la implicita aceptacion de mi madre. Pero papá se mantuvo mirandome fijamente, pensativo.
-Hija mia, no voy a imponerte nada. Ya nos has demostrado que puedes tomar tus propias desiciones.
Se acerco a André con expresion dura y desconfiada.
-Muchacho, si vas a hacer una propuesta, debes hacersela a ella.
Sonrio, encogiendose de hombros.
Entonces el tiempo se detuvo... André me miro, tomando mis manos ante todos, con esa mesura y delicadeza que tanto me cautivaban.
-Señorita Collins...
-¿Si, señor Accault?-Respondi riebdo nerviosamente, para alivianar el ambiente.
-¿Me permitiria pretenderla con la mas sincera finalidad de despertar un sentimiento de amor?
Sonrei, dando un leve asentimiento. Nuestros padres nos abrazaron aceptando con alegria la propuesta que, siendo tan inocente, tenia casi el peso de una propuesta nupcial para el aristocratico mundo social en el que nos moviamos.
Bailamos un poco mas y volvimos al salon en que habiamos estado, para despedirnos alejados de la multitud.
-Gracias por aceptar.
Rei ante su comentario, era imposible no aceptar.
-¿De nada?
Me capturo entre sus brazos, mientras aspiraba el encantador olor de su perfume que deseaba se me impregnara para asi respirarlo cada vez que lo deseara.
Me separe un poco y tome de mi cartera la bufanda que hace dias me habia prestado.
-Pense que extrañarias tu bufanda.
La puso sobre el escritorio y volvio a concentrarse en mi.
-Gracias.
Un golpe en la puerta nos alerto del motivo que nos convocaba.
Beso mi mejilla con delicadeza, mientras repetia mil veces que me cuidara tanto en la pista como fuera de ella. Nos mantuvimos aun un momento abrazados cuando decidimos salir al encuentro de mis padres.
Cuando por fin estuve en mi habitacion, Nana me acompaño un rato, antes de dormir.
-Que muchacho mas amable, es un gran partido, mi niña...
-Sabes bien que no le he elegido por su dinero.-Respondi algo contrariada por su cmentario.
Mientras terminaba de destrenzar mi cabello, beso mi frente preparandose para dejarme descansar.
-Exactamente a eso me refiero... buenas noches, mi pequeña.
Aun sin comprender del todo sus palabras, asenti. Nana solia dejarme pensativa, pero el cansancio borro cada pensamiento, sustituyendolo por el sueño que me derroto empujandome lentamente a los almohadones de mi cama...

Huellas en el hieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora