Nuestra comida llego rapido, gracias a Dios. Comi lentamente probando la exquisitez que recorria mi paladar... como extrañaba comer pasta...
-Pareces disfrutarlo mucho.
-Lo hago, hace mucho que no probaba bocado de pasta.
-¿Por que?
- Ya sabes, muchos carbohidratos no son buenos para patinar, normalmente vivo de ensalada.
- Debe ser horrible.
-No tanto, aprendes a amar la lechuga.
Ambos reimos y nos entretuvimos charlando, asi, sin descanso, sin incomodidad, solo el y yo.
-Me sorprende que no tengas novia.
-Pues, cuando se tiene poco tiempo no hay como satisfacer las necesidades de una novia.
-¿Jamas has tenido una?
-Pues si tuve, pero me dejaron varias veces, y muchas antes de cumplir cuatro meses de noviazgo.
Me sorprendi, tanto que el noto la mueca que puse.
-¿y tu?
- Pues con el patinaje tampoco pude dedicarme a alguien... aunque mi madre insistio en arreglarme horrendas citas, que gracias al Todopoderoso no funcionaron.
Ambos reimos y se nos acerco el garzon.
-¿Les sirvo algo mas?
-Tu postre...
-No, gracias, tengo algo de frio para un postre.
-Entonces, traiganos la cuenta, por favor.
El garzon nos dejo solos y André me miro con el entrecejo fruncido.
-Crei que querias postre...
-Si queria, pero en verdad tengo frio.
-Entonces ¿Que opinas de un chocolate caliente?
Sonrei, este joven me leia la mente.
Luego de pagar la cuenta, salimos del restaurant, y volvimos al auto.
André manejo hasta un cafe donde compramos dos chocolates calientes y un trozo de chessecake de chocolate que no dejaba de mirar.
Salimos y nos acercamos a un parque, donde nos detuvimos a tomar nuestras bebidas calientes, mientras charlabamos un poco mas.
Pasaron las horas... en medio de la nieve. Sin embargo, hubo un momento en que me detuve casi por completo, mirandole, recorriendo cada una de sus hermosas facciones, capturada el intenso azul marino de sus ojos...
El frio calo mi abrigo, y decidi soltarme el cabello para cubrir mi cuello. Los rizos creados por la trenza que Nana me habia hecho se soltaron suavemente y cuando volvi a verle... el tenia su mirada fija en mi...
Me estremeci aunque no sabia si era por frio o por la mirada intensa que me estaba capturando, reclamandome.
-Estas temblando- Susurro...
-Es tu culpa- Respondi casi automaticamente.
-Sera mejor que te abrigue, si no te resfriaras y no podras patinar por un tiempo.
Tomo la bufanda que reposaba en su cuello y la enrollo en el mio, con cuidado... No pude quitar mi mirada de el...
-No me referia al frio...-Murmure casi con ternura.
Acaricio mi mejilla ruborizada y se acerco, besando mi frente.
-Eres realmente hermosa...
No pude decir nada, estabamos en medio de la nieve y pronto comenzaria a oscurecer.
-¿Como supiste que estaria patinando?
- Tu madre lo menciono ayer. Pero... ahora no se como podre volver a verte.
Rei, cuando el telefono comenzo a sonar en mi bolsillo.
-¿Mamá?
La mirada de André revelo lo que estaba pensando...
-¿Donde estas?
-Pase a una cafeteria mamá, estoy bien.
-Bueno, pero vuelve pronto, comienza a anochecer.
-Si mamá, nos vemos.
Corte la llamada y André ya estaba sosteniendo su telefono para anotar mi numero.
-Dame tu numero, por favor.
Se lo di en un dictado simple.
-Debo irme, esta oscureciendo.
-Vamos, te llevo.
Subimos al auto y en menos de lo que esperaba, mas bien hubiera querido estuvimos frente a mi casa.
-Gracias por todo, André. Me diverti mucho.
-Gracias a ti por aceptar venir.
Sonrei, ambos salimos del auto para obtener mi bolso. Y mas pronto de lo que previ, estuve en casa.
Corri a mi habitacion, riendo como colegiala. Cuando estuve mas calmada colgue mi medalla en la pared y me quite el maquillaje. Mientras terminaba, un mensaje hizo sonar mi telefono...
"Gracias por la magnifica tarde, me encantaria poder verte patinar otra vez..."
"Puede ser"
Sonrei. Senti un golpe en la puerta y a Nana entrar.
-¿Que tal tu cita?
-No fue una cita, Nana.Solo me invito a almorzar.
-Si algo he aprendido, mi niña, es que nadie te invita a almorzar porque si.
Ambas reimos.
-Ademas es un chico mas que guapo, ojala yo tuviera unos cuarenta o cincuenta años menos.
-Tuviste tu oportunidad, ya me toca.
Saque el chessecake y lo comparti con Nana, antes de preparar mis cosas para el entrenamiento de mañana. Al menos era sabado y el domingo descansaria, por alguna razon estaba agotada... no pude evitar dormirme sobre la cama...
Cuando desperte, eran cerca de las seis de la madrugada... a levantarse.
Hacer bicicleta fue sencillo, lo dificil fue llegar a la pista de patinaje para hablar con Rosa. La proxima competencia seria en un mes, los regionales para clasificar a los nacionales... debiamos crear una nueva rutina, espectacular... debia deslumbrar...
Y eso fue el trabajo de toda una mañana y parte de la tarde. Elegir con cuidado la musica, cada movimiento y detalle de una nueva rutina que habria de acercarme... si Dios queria a los juegos Olimpicos que vendrian en dos años mas...
Lo habia decidido, estaba preparada para el paso que marcaria mi carrera, quizas, para siempre...
ESTÁS LEYENDO
Huellas en el hielo
Teen FictionEl patinaje siempre ha sido mi vida... me encanta, me relaja, me... en fin, enserio adoro patinar. Mis padres siempre me dicen que soy una loca por no sociabilizar en la escuela, pero eso no es lo realmente importante...¡Solo quieren que me case ya...