Déjame entrar en tí, explorar cada rincón de tu cuerpo.
Déjame reparar las heridas de tu corazón y recomponer los pedazos de tu alma.
Para mí esta vida ya no es vida, porque no vivo sin tí.
Para mí, vivo en la muerte, porque yo muero por tí.
Entrégame tus manos, sin miedo, que yo las besaré, curándolas.
Entrégame tus risas, sin vergüenza, que yo las guardaré, protegiéndolas.
Entrégame tu alma, lucharé por ella si hace falta,
que si la consigo, prometo no dañarla nunca.
Y déjame hacerte feliz, porque sin tu felicidad, no existe más que oscuridad en este mundo.
Y déjame hacerte feliz, porque esa es mi única función en este mundo.
