Poema 40.

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Es la esencia de tu piel,
el humo de tu recuerdo,
la oscuridad cegadora de tus ojos...

Es eso, lo que me sigue quemando el corazón,
y eres tú,
el ganador indiscutible en esta lucha de sentimientos.

Y me sigo muriendo por dentro, cada vez que te veo.
Me pierdo en mi mente, imaginando que tus labios,
son montañas por las que yo ando.

Y en mi perdura, ese hechizo que dictaste con tu mirada.
Como cien mil estrellas,
adorando la belleza de la luna.

Y lunática, es lo que soy yo, pues loca me vuelvo cuando te veo.
Un volcán de sensaciones revueltas,
que me atormentan, como si fuesen voces.

Haz que te olvide, por favor.
Sé que es imposible, pues,
la única solución, es matarme.

Y si voy a morir, que sea por tí.
Y si voy a morir, mátame tú.

Un día lluvioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora