Poema 33.

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Tantas veces que he marginado a la soledad,
y ahora me doy cuenta, que es mi mejor amiga.

Y es precioso, encontrarse a uno mismo, pues con la filosofía, acompañándome en mi camino,
me conformo.

¡Ya basta de amores que dicen ser platónicos!

¡Ya estoy harta de príncipes negros, teñidos de azul!

Soy la princesa de mi cuento, y dichosa es mi suerte, que mi cuento es sueño, que yo controlo.

Ni príncipes, ni sapos, ni princesas sin zapatos.

Me caso con mi soledad, que es lo más sano.

Y este poema, tan extraño, es una oda, dedicada a mi mejor amiga, la soledad.

Ella, que nunca me deja, y me acompañará hasta en mi muerte.

Ella, que siempre está presente..

Un día lluvioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora