Poema 47.

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Cupido me hizo un tatuaje, y por tinta utilizó tu sangre.

Tatuó tu nombre, no en la piel, sino en el corazón.

Y tus besos, siendo mi mayor perdición.

Y en mi interior, cada mariposa susurra tu nombre.

Y de mi locura, tú eres el culpable. Aunque para mí, tanta cordura,
no era saludable.

Y las células de nuestro cuerpo, se fusionan, enamorándose perdidamente.
Uniéndose.

Como si de la fuerza del agua se tratase, inexorablemente te beso.

En un paraíso infinito me pierdo.
Un paraíso, en el que no hay serpientes...
Ni Dios que nos limite.

Y yo soy tuya. Me das la esencia de la vida.

Eres mi concepto de amor, y si me equivoco, que venga Platón y me lo diga.

Pues él de amores poco entiende.
De medias naranjas vive.

Un día lluvioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora