Una tristeza, tan grande, que envuelve un mundo, el mío.
Una soledad, tan digna, que pasa por mi lado, mirándome orgullosa.
Un fantasma que hace de Cupído, apuntándome con una flecha, que no es de amor, sino de pena.
Una vida vacía, como un vaso, roto en mil pedazos.
Un vaso, irrompible en un pasado, de plástico, tal vez.Una ilusión, impercetible, ya queda destrozada entre las otras, van acumulándose.
Y un futuro, que no tiene color,
y en mi mano, un pincel...Y un corazón, tan roto, que no existe posibilidad de arreglarlo.
Y un mar, que me lleva hacia un abismo,
una muerte cobarde, no luché lo suficiente.Me despido, en mi epitafio, está tu nombre, y en mi tumba, conmigo, tu corazón.