Me siento vacía.
Mi mente perdida en una ignorancia entristecida.Mi alma dormida, abatida, ya derrotada por los golpes de la vida.
Me consumen las hojas otoñales,
me inundan mil mares nostálgicos.Despierto y son mis lágrimas, que dicen tu nombre,
sin esperanza alguna ya.Ya no me queda poesía.
Me han marginado las musas, tan cansadas de mis ideas suicidas.Poesía encadenada,
encadenada y condenada a una tristeza idealista,
que no existe para los demás.Una tristeza, existente en mi realidad.
Una realidad, inventada.