Poema 54.

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Me siento vacía.
Mi mente perdida en una ignorancia entristecida.

Mi alma dormida, abatida, ya derrotada por los golpes de la vida.

Me consumen las hojas otoñales,
me inundan mil mares nostálgicos.

Despierto y son mis lágrimas, que dicen tu nombre,
sin esperanza alguna ya.

Ya no me queda poesía.
Me han marginado las musas, tan cansadas de mis ideas suicidas.

Poesía encadenada,
encadenada y condenada a una tristeza idealista,
que no existe para los demás.

Una tristeza, existente en mi realidad.
Una realidad, inventada.

Un día lluvioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora