Me basto yo sola, soy una guerrera sin armadura,
una asesina, que mata, no con un cuchillo,
sino con palabras.Me pierdo en mi prosa, y me baño en mis versos, libres, como yo.
Y no tengo más sustento, que el de mis poemas, pues acostumbrada a ser pobre,
no necesito más que eso.Dame una pluma y papel, y podrás herirme, pero yo no sentiré dolor,
pues escribiendo, me evado de este mundo.Salgo de mi cuerpo, y paseo por mi propio mundo,
un mundo lleno de poesía y música.¡Qué feliz soy! He conseguido desprenderme de las cadenas que me ataban.
Dichas cadenas no pesaban, tan solo era una metáfora.
Ya no necesito amores borrachos de mentiras, no necesito amigos,
tan solo necesito un buen libro,
que es mejor compañía.Poemas y más poemas...
Libros y más libros...
Poetas y más poetas...
¡Qué locura tan agradable la mía!
¡Qué poema tan dadaísta el que escribo!
Y la vida, ¿no es un poema dadaísta?