Poema 28.

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Tu voz, que ya es mi conciencia.

La imagen de un rostro imaginario, una sombra que me abraza...

Una sombra enferma, que necesita tiempo, un tiempo, con todos sus días, horas, minutos y segundos, llenos de amor.

Déjame ser quien lo llene, quien reviva ese tiempo muerto,
que lo transforme en una sombra, sí,
pero la de tu sonrisa, provocada por la mía...

Tan lejos, pero tan cerca.
Tan cerca te siento...

Mi perfecto desconocido, a quien yo me entrego...

Te entrego lo más profundo de mi, con mi poesía.

¡Conóceme, através de mis palabras!
Escucha, cada poema, pues cada palabra que escribo, lleva por sombra, un te quiero.

Y cada te quiero, te lleva por sombra, a tí.

Un día lluvioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora