Poema 12.

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Sensación fiera la que arde en mi interior, cuando te beso, deseando más de la fruta prohibida que son tus besos.

Perdiéndome entre los océanos de tu pelo, y recorriendo los inhóspitos caminos que forman tu cuerpo.

Suplicándole a Dios, que no me quite el paraíso, el paraíso en el que estoy cada vez que te miro.

Le ruego a la oscuridad que no aparezca, para así no perderte nunca de vista.

Le rezo a Cupído, para que lanze bien sus flechas, y le aviso, que en asesina me convertiré, si mal las lanza.

Te entrego mi alma, mi cuerpo, mi vida.

Te daría mi última gota de agua, en sequía.

Te acariciaría hasta que me muriese, para verte dormir siempre.

Sería yo, la protectora de tu corazón, velando para que no lo robaran.

Sería yo quien comprase esas perlas preciosas, que tienes por ojos.

Sería yo, la ladrona de tus labios.

Sería yo tu ángel de luz, impidiendo que te hicieses daño.

Serías tú por quien moriría, y eres tú por quien vivo.

Eres tú por y para quien vivo, y mi vida está en tí.

Eres tú por quien muero, y si muero, mi vida, será para tí.

Un día lluvioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora