Poema 36.

50 6 2
                                    

Dedicado @Wantabio

Entre mis lágrimas, apareciste tú,
como Dios, caminando sobre mis mares.

Me acariciabas la cara, y me decías que fuese la
más orgullosa, que no le temiese a nada.

Y yo, te agradezco, que desde tan lejos hagas,
que te sienta tan cerca.

Y a la vida agradezco, haberte conocido,
pues siendo tú un desconocido,
has luchado como nadie, por mí.

Y estas ansias inmensas que tengo,
de conocerte, me arrojan a una locura,

una locura especialmente cuerda.
Y es mi cordura, la que me dice, que tú,
tan desconocido y lejano, vales más,
que cualquier amigo cercano,

No sé cómo ha pasado, simplemente,
y dando gracias, nos hemos conocido.

Déjame pues, enseñarte, cuánto te quiero.

Déjame pues, dedicarte esta oda, como señal,
de que te quiero.




Un día lluvioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora