Carpe Diem, llevo tatuado en mi corazón,
contando una obsesión, que lleva tu nombre.
¿Eres tú mi Carpe Diem? Sí, lo eres.
Perfecto, joven, ahora.
Y tu vejez quiero presenciar,
pues seguirás siendo perfecto, para mi.
Te quiero. ¡No hay suficientes formas en el mundo, para desmostrarte cuánto te quiero!
Te amo, y no hay suficientes carícias, suficientes lágrimas
o poemas, para que sepas cuánto sufre mi amor.
Mi vida, la luz que alumbra mi vida, la mejor fotografía, llamada recuerdo, que posee mi mente.
Te quiero, da igual el momento.
Carpe Diem, sí, pero contigo.
Porque sin tí no hay vida que aprovechar.
Porque sin tí, no hay belleza, que admirar.
Tus besos, saben a vida.
Tus ojos, cristales irrompibles, atraviesan mi corazón.
Te quiero, solo a ti.
Un amor vergonzoso, un amor tímido, que cuando le dejan, se escapa libremente.
Un amor, a veces, tan pasional, que ni un huracán es capaz de vencerlo.
A ti, te dedico, no solo mi vida, que no tiene valor por sí sola.
Te dedico, te entrego,
en forma de verso,
lo más profundo que siento.
Lo más profundo de mi.
Te quiero.
