Navego en este mar de muertos, arrastrados por las olas.
Son muertos que respiran, pero en vida no les llega el aire.
Me encuentro en una red de mentiras, que son fruto de un corazón débil...
Y el tiempo me dirige, en mis lágrimas aprendo a nadar, aunque ellas son más fuertes.
Y ya no soy una hoja, no me mueve el viento.
Soy más bien una piedra, erosionada con el tiempo.Y en este blanco lienzo, pinto este sueño, que tan tormentoso ha sido.
Me consumo en esta vida, dejándome llevar, en este barco de ilusiones, por una capitana sin timón.
Y lloro, porque me he perdido.
Y cuánto he perdido, que al parecer hasta la noción del tiempo.
Y cuánto me has quitado en vida, una vida, que en tristeza no he vivido.
Tanto dolor tengo en el alma, que ni mi mente ya recuerda.