Poema 24.

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En la soledad de este silencio, tan aterrador
y a la vez, tan cálido,
se encuentra mi espíritu,
llevado por una fuerte corriente de almas.

Tan extraña, tan diferente,
tan calmada y rebelde.
¿Calmada y rebelde?
¡Menuda antítesis!
¡Menuda mentira!

Tan invisible y desconocida,
una desconocida soy, incluso para mi, pues no me conozco.

¡Menuda incongruencia, la vida! Tan real, que nos la creemos.

Brindo por esta mezquina existencia humana, pues tan rápido nos alcanzará la muerte, que mejor brindarla.

Un día lluvioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora