Aún te escondo en mi poesía, escondo en mis metáforas, el brillo de tu mirada.
Escondo en mis versos, el tacto de tus besos, quemando mi piel.
Te escondo en cada estrofa, que sale de mi alma, alma que llora por ti.
Sé con certeza que no existe Dios, pues si existiera, te haría mío. Es mi único deseo.
Me pierdo, recorriendo con mis dedos tu espalda.
Me pierdo, besando tu cuello.
Me pierdo en tus suspiros, que me excitan.
Me pierdo en mis lágrimas, son derramadas por ti.
No puedo tenerte, no dejo de quererte.
Y me quedo, llorando, en este pozo sin fondo donde te espero, eternamente.