Y en lo más profundo de mi corazón, hay un hueco, lleno de tristeza, lleno de dolor.
Y qué más quisiera yo, que tirarme al vacío de cabeza, pero valor me falta, pues el miedo me gana.
Y qué pobre alma la mía, ya marchitada en tu estación, y que junto las hojas caídas del otoño, se la lleva, el viento.
Entre dos mundos me encuentro, dudando en cuál quedarme.
Si en el de las almas que andan vagando,
o el de la realidad tormentosa en la que me hallo.No me queda ya ninguna lágrima, pues mi cuerpo está vacío.
No me queda ya ninguna esperanza, pues esta me ha abandonado a mi suerte.
Y bendita poesía, que del infierno me salva.
Y bendita poesía, que de mí misma, me salva.