Poema 78.

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Me quema una brisa marina,
que hace sangrar las heridas de mi alma.

No existen las horas,
me quedo estancada,
en la hora de mi muerte,
escribiendo poemas,
llorando mi mala suerte.

Deambulo sonámbula,
por los inhóspitos caminos de mi corazón,
donde siempre,
está lloviendo.

No se deshiela mi alma,
porque no hay calor
que me enamore.

Escribo sonetos,
se los dedico a la luna,
que se siente sola,
porque las estrellas,
no la acompañan.

Tengo alas,
que no alzan el vuelo.

Tengo miedos,
que definen mi vida.

Soy un barco fantasma,
que navega en este océano vacío,
sin esperanza de ver alguna isla.

Me he quedado sin energía,
como una vela,
consumida por el fuego.

Están encerrados,
mis sentimientos.

Soy fría y distante,
una psicópata,
que mata con miradas.

Ando escribiendo este poema,
que no tiene fin en mi entropía.

Escribo,
sin metáforas,
sin hipérboles,
sin antítesis.

Escribo,
sin rimas,
sin sinalefas,
sin entonación.

Ahogo mis versos en alcohol,
porque lloran tanto
que dan pena.

Sueño con un escenario,
se apagan,
las luces del teatro,
está muerta,
la protagonista,
y el telón se cierra,
con ella dentro.

Se acabó la obra,
se acabó mi vida.

Un día lluvioso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora