─¿Disculpaste así no más a Diego?
─No soy una persona que guarde rencor.
─Creí que eras de los que nunca olvida una ofensa.
─Lo soy. Por cierto─ dije, cambiando el tema─. Necesito que me escondas esto.
Le entregué mi celular junto con la heroica historia de mi padre.
─Es el colmo, Julián. Hasta tu padre celebra tus barbaridades.
─¿Eres amiga de mi mamá, o qué? Eso ya no importa. Lo bueno es que tenemos un problema menos.
¿Tenemos?
─Creí que ya no habría problema alguno.
─Paulina quiere hablar conmigo, parecía serio.
─¡Te dije que no podías confiar en ella!
─De seguro crees que quiere chantajearme.
─¿Se te ocurre otra cosa?
─Se me ocurre cualquier cosa menos eso.
─Ten cuidado, ¿sí?
Era seguro que luego de mi encuentro con Paulina, acabaría metido en su cama. Pero esta vez no le contaría nada a Alba. Luego de la última vez, no me quedaban ganas de compartir esa parte de mi vida. Además, ya no sonaba como una buena idea.
Paulina estaba de pie fuera del restaurant en el cual me había citado. Parecía impaciente.
─Tesoro, disculpa el retraso─ dije, al tiempo que me acerqué para darle un beso. Pero ella se hizo a un lado y puso sus manos en mi pecho. Rompió todo contacto y torció la boca en una mueca.
─Tesoro, tu madre.
Se me acababa la paciencia. ¿Quién se creía para rechazarme y tratarme de esa manera? ¿Acaso no recordaba que tenía yo una lista bastante extensa como para estar perdiendo el tiempo con ella?
─Creí que la señorita aquí era yo, pero veo que no puedes manejar este tipo de situaciones. Lo mal que le hace esto a tu reputación, Julián. Para la próxima, madura un poco si acaso esperas que tus aventurillas de una noche funcionen.
─¿Me explicas?
─Creo que esto bastaría.
Me mostró una imagen desde su celular, eran capturas de una conversación.
Entre Diego y su enamorado.
Diego: Yo no puedo asegurarte que no haya pasado algo entre Julián y Paulina. Si tienes tus dudas deberías preguntarle a ella personalmente.
El enamorado de Paulina le respondía que ella estaba actuando de manera extraña, y todo a raíz de esa noche y de lo que pudo haber pasado entre su enamorada y yo. Y Diego prácticamente se lo confirmó. Con razón su arrepentimiento y las ganas de que todo quedara como estaba. Pero ya se las vería conmigo.
─¿Tenías que ir a repartir la palabra? ¿Tenías que ir divulgando por ahí que nos acostamos?
─Pauli, por favor, tranquilízate. Permíteme explicarte.
─¿Quién más lo sabe? ¿Alba, Eugenia? ¿Media universidad?
─Entiendo que desconozcas muchas cosas y que estés enfadada, pero en verdad no hay razón para que lo estés. Alba sospecha que algo pasó entre nosotros porque el idiota de Enrique habló de más. Tú sabes que se quedó hasta las cuatro en tu casa.
Le enseñé la conversación entre Enrique y Alba, en la que él la había hecho confundir por tantas versiones que le dio de la misma historia. Tenía que lograr que me creyera a como diera lugar.
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Otra forma de musas imperfectas (TERMINADA)
Storie d'amoreEsto no es sobre ella. Ni siquiera es sobre mí. Creo que es sobre las partes incompletas, las cosas que no se encuentran, la poesía y musas imperfectas.