Capitulo 27

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Javier POV

Me acerco a la ventana y puedo ver el cielo gris, las nubes cubriendo cada pequeña parte sobrante del cielo azul.

Es irónico, el cielo puede estar impregnado de cientos de colores, así como una persona. Cada persona está llena de colores, colores alegres y colores tristes, no existen colores intermedios. Es como quien se despierta gris y al cabo del día pequeñas gotas de colores radiantes van pintando su día.

El cielo era igual, aunque a veces sólo era gris, como hoy.

Como yo hace años, era un chico como otro cualquiera aunque nunca me vieron de esa manera, yo era un chico gris, caminaba por los pasillos y aunque en mis ojos un día brillaron los colores para los demás nunca me iluminé.

Sé que algunas personas dicen que estas cosas son tonterías y que hay gente que no lo cree, pero todo se volverán viejas anécdotas y recuerdos malgastados. Pero algunos recuerdos permanecen, así como mis terribles años de instituto.

Es gracioso como personas que no te conocen, pueden criticarte incluso más que tu a ti mismo frente a un puto espejo, me gustaria decir que esas cosas no me importan y que sólo son cientos de gilipollas susurrando mentiras, pero a mi me quitaron el color.

Nunca volví a ver colores así como los demás, yo podía vivir en una habitación blanca durante años pero eso sería todo lo que vería, blanco. Puede que a veces vea pizcas de colores, pero cuando pestañeo observo como se alejan poco a poco..

Con esto no quiero decir que la vida no sea algo bonito, pero preferiría mil veces encerrarme en mi habitación a las tres de la mañana mientras escucho The Smiths mirando al techo blanco y liso que pasar el día en fiestas interminables de las que probablemente el 12% de los adolescentes recuerden algo.

Paso mis manos por mi cara quitando toda señal de cansancio, miro la hora en mi móvil. Las 06:34 de la mañana, cada día más pronto.. Las pequeñas pesadillas me impiden dormir, a veces pasábamos por experiencias que nos dejan secuelas incluso a los personajes secundarios del hecho, estaba demostrado.

Vuelvo al pequeño ropero donde guardo unas ropas un tanto desgastadas, siempre me gusto aquel estilo. Coloco mi camiseta algo holgada y un poco agujereada, junto a unos pantalones un poco ajustados. Me dispongo a ir al baño, siempre tuve la costumbre de lavarme los dientes justo después de despertarme y justo antes de desayunar.

Bostezo mientas camino hacia el pequeño baño del bus, pero antes de entrar al baño me encuentro a una sorpresa con un cuaderno de dibujo en mano sentada en el sofá.

Javier: ¿Lauren? - llamó la atención de la chica haciendo que suelte su cuaderno asustada - Tranquila, lo siento, no quería asustarte.

Ella sólo me mira, siento que quiere hablar, pero no lo hace. Responde con una pequeña sonrisa intentando volver a su centro de atención, su dibujo.

La miro, ella parece tan indefensa..
La observo, puedo ver su pelo cayendo por sus hombros y un mechón sobre sus ojos impidiéndola ver con claridad.
La estudio, puedo sentir su manera de ser, parece profunda y misteriosa.
La escucho, bueno, en realidad no la escucho.. Pero mentiría si dijese que su voz no es la más bonita que he oído en mucho tiempo.

Javier: ¿Dibujas? - intento llamar su atención, consiguiéndolo.

Ella hace un suave sonido de afirmación.

Javier: Por lo que veo.. - me mira - no eres una chica de muchas palabras - observo como agacha la cabeza avergonzada - ¿Puedo verlo?

La chica gira el dibujo hacia mí y puedo ver una gran libélula en blanco y negro, con una frase abajo.

Polaroid  || Camila Cabello & TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora