Capítulo 8.

3.6K 243 60
                                    

Me distraigo unos momentos mientras rebusco las llaves de mi casa dentro de mi mochila. La mano de Luke acaricia mi cabello que aún sigue atado en una coleta alta y aquello me distrae de mi tarea. Al darse cuenta de que no puedo coger la mochila y al mismo tiempo seguir buscando, él me ayuda. Sostiene el bolso de una forma eficiente y así puedo encontrar el objeto en cuestión.

—Gracias —sonrío.

—Claro.

Cuando intento recuperar mi mochila de sus manos él no me deja tomarla, así que me giro para abrir la puerta y entro. Al parecer no hay nadie en casa y aquello me deja más tranquila puesto que no habrá comentarios incómodos como los de la mañana.

Luke pone sus cosas y las mías sobre el sofá y después vamos directamente hasta la cocina. Tengo muchísima sed, producto del calor que azota la ciudad en estos momentos.

Hay una nota en el refrigerador, pegada con un imán. Reconozco la perfecta y estilizada caligrafía de mi hermano y la tomo.

"Quería esperar a que llegaras para despedirme de ti, pero me fue imposible. Voy a Rusia por dos días pero prometo estar aquí para el sábado. Te quiero Amelie. Jeff."

No puedo evitar sentirme un poco triste, puesto que mi hermano no había pasado ni un día completo en casa cuando el deber lo ha llamado de nuevo.

Luke toma la nota de mis manos y la lee atentamente. Segundos después siento sus brazos alrededor de mi cuerpo, inmovilizándome por completo, de esta forma aunque yo quiera corresponderle el abrazo no puedo hacerlo.

No había puesto mucha atención en ello, pero su aroma es demasiado varonil y embriagante, así que simplemente cierro mis ojos y disfruto de la cercanía del chico H.

— ¿Tienes idea de lo adorable que luces cuando haces un puchero? —cuestiona y me deja ir suavemente.

— ¿He hecho un puchero? —sonrío.

—Ajá, cuando leíste la nota.

—Qué observador, ojos azules —suspiro—. Toma lo que quieras, llamaré a mamá para avisarle que he llegado de la escuela.

Me escabullo fuera de la cocina y rápidamente tomo el teléfono fijo. Marco el número de mi madre y espero pacientemente a que responda.

Hola preciosa —murmura.

—Hola mamá —sonrío—. He llegado de la escuela.

Qué bien, cariño. Oye, ¿No has visto a Luke? —cuestiona—. Supuse que llegarían a la misma hora y no se ha aparecido por aquí.

—Eh... Luke ha venido conmigo —murmuro—. Le invité a comer, espero que no te moleste.

Bien —dice y por la forma en que lo hace supongo que está sonriendo—. No hagan destrozos, recuerda que llego a las seis y quince. Pórtense bien.

—Basta, mamá —murmuro sonrojándome.

Sólo me agrada que tú y Luke...

—Nos llevamos bien, es todo —sonrío.

Quiero creerte, Amelie, pero nunca te he visto sonriendo tanto.

—Me voy, te amo progenitora.

También te amo, mi pequeña —ríe un poco y después cuelga.

Siento que alguien está detrás de mí así que cierro los ojos. ¿Qué tan humillante podría ser que Luke escuchara la conversación insinuante que he tenido con mi madre?

STAY - L.H -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora