Capítulo 55.

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Me duele muchísimo el cuello y además ahora me he convencido totalmente de que odio los aviones y los vuelos que duran más de quince horas. Me remuevo sintiéndome algo incómoda y el dolor viaja desde mis cervicales hasta mis extremidades, debería ser completamente ilegal el espacio tan reducido que existe entre los asientos.

Miro a mi izquierda y me doy cuenta de que Luke está tranquilamente dormido, exactamente igual que en las pasadas seis horas. Me pongo de pie tan hábilmente como me es posible y me dirijo hasta el pequeño cubículo al que se atreven a llamar "sanitario". Necesito lavarme la cara y los dientes, además de cepillarme el cabello.

Tengo que sostenerme de una de las paredes del diminuto reservado cuando una turbulencia agita el avión. Diablos, juro que si no es de vida o muerte no vuelvo a subirme en uno de estos jamás. Me miro al espejo y me doy cuenta de que ya no luzco tan mal como cuando entré aquí, así que ahora me siento un poco mejor, aunque definitivamente necesito un analgésico para mi dolor de cuello.

Regreso hasta mi asiento rápidamente porque han voceado que vamos a aterrizar en unos quince minutos, lo cual crea un remolino de emoción dentro de mi cuerpo; después de todos esos meses lejos de mi familia por fin voy a volver a estar con ellos.

— ¿Dónde estabas? —cuestiona Luke con voz ronca y estira su mano hasta colocarla en mi rodilla.

—Necesitaba usar el baño y asearme un poco —murmuro—. Creo que estoy asquerosa y no quiero que mi familia me vea así después del tiempo que pasé lejos.

—Yo creo que estás perfecta —me sonríe y su mirada adormilada me derrite el corazón—. ¿Me das un beso?

— ¿Tienes que pedirlo? —me río.

—Es que me duele el cuerpo y no creo ser capaz de moverme ni un poco —finge sufrimiento y el agarre en mi rodilla se vuelve más firme.

Niego con la cabeza mientras sonrío por lo chistoso que luce Luke haciendo pucheros, me acerco hacia él y después agacho mi rostro para que nuestros labios queden a la misma altura. De pronto él se incorpora y me toma de la nuca para profundizar nuestro beso. Dios, ¿qué sería de mí sin él y sus besos delirantes?

Alguien se aclara la garganta y me separo de Luke rápidamente. Una azafata nos mira con expresión divertida y el calor de la vergüenza sube rápidamente hasta mis mejillas.

— ¿Se les ofrece algo? —cuestiona la amable mujer.

—Eh...

—Un par de analgésicos —dice Luke finalmente al ver que yo me he paralizado.

—Aquí tiene —le dice ella, le entrega un par de pastillas y una botella de agua—. Abrochen bien sus cinturones, empezaremos a descender en tres minutos.

La chica se va y es entonces cuando recupero todas mis habilidades motoras. Primero tomo la pastilla y luego me abrocho el cinturón.

—En cuanto baje del avión llamaré a Deborah para saber cómo va Blake —murmuro.

— ¿No crees que te preocupas demasiado por él? —me riñe en tono hostil.

—Es como mi hermano, Luke —bufo—. Sólo eso.

— ¿Segura? —cuestiona mirándome fijamente.

— ¿Cómo puedo hacerte entender?

—Formalicemos nuestro matrimonio —dice simplemente—. Ven a vivir conmigo y así podemos dejarle claro al mundo entero que eres mía.

—Lo soy, Luke —afirmo—. Y ese hecho no se basa en que viva contigo o no.

—Pero somos esposos —replica—. Creo que debemos hacerlo, no quiero estar viendo la cara de odio de tu hermano cada que quiera ir a visitarte y tampoco quiero a mis padres entrometiéndose en nuestros asuntos.

STAY - L.H -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora