Capítulo 54.

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Luke se ha quedado dormido sobre mi hombro, han pasado más de cuatro horas y aún no hemos tenido noticias acerca de la cirugía de Blake lo cual me tiene sumamente nerviosa y preocupada. Deborah está del otro lado de la sala de espera y periódicamente fija su mirada en mí y me transmite todo su enojo, sé que no está feliz de que haya traído a Luke aquí, pero tampoco me parece que deba disculparme por ello, Luke es mi esposo y justo ahora es cuando más necesito de él y de su apoyo.

El cansancio me ha provocado dolor en el cuello y además los ojos me arden, quisiera tomar una taza de chocolate caliente y después recostarme a dormir, pero a como están las cosas esa es una fantasía un tanto inalcanzable.

Me sobresalto cuando un celular comienza a sonar. No es el mío y tampoco el de Deborah, así que eso indica que se trata del móvil de Luke. Él se remueve soltando un leve quejido y después, aún con los ojos cerrados, comienza a tantear el bolsillo de su pantalón para sacar el objeto en cuestión. Se incorpora y se talla los ojos antes de responderle a quién sea que esté buscándole justo ahora.

— ¿Sí? —alguien le responde al otro lado de la línea y eso parece activarlo por completo—. Eh... sí, llegué bien, gracias... Uh... la verdad es que... No, no. Ah... bien. Sí. No lo sé, unos días más en lo que ella se recupera. Claro... Uh... no es un buen momento, ¿sabes?

La mirada de Luke se fija en mí y puedo darme cuenta de que está algo incómodo, lo cual me resulta sumamente extraño. Frunzo el ceño y después analizo lo que está hablando. Una punzada en el pecho me sugiere que puede tratarse de aquella nueva chica y el enojo sube rápidamente hasta mi cabeza.

Una vez que él cuelga el teléfono no le presto atención. Justo ahora me siento demasiado estresada como para añadirle a todo eso mis celos irracionales.

—Amelie... —murmura en voz baja.

—No es el lugar, Luke —bufo—. Aunque me gustaría confirmar con quién hablabas.

—Era... era Lydia.

— ¿Lydia es su nombre? —cuestiono mirándome las manos.

—Sí —susurra—. Sólo quería saber cómo había llegado hasta aquí y bueno...

— ¿Le dijiste que vendrías conmigo? Creo haber escuchado que dijiste "por unos días, en lo que ella se recupera". ¿Crees que estoy enferma?

—Yo... le dije que iría a... ver a mi tía.

—Vaya, Luke —niego con la cabeza—. Parece que ahora mientes para que no haya problemas entre ustedes.

—Amelie...

—No, no digas nada —me pongo de pie y me alejo un poco de él—. Después de todo creo que ya me había hecho a la idea de que tú... de que tú ya no me perteneces.

—Pero...

Luke es interrumpido cuando alguien abre la puerta de la sala de espera. Se trata del médico que operó a Blake, luce cansado y tiene unas enormes ojeras, en su mano trae algunos papeles y luce más serio que de costumbre. Mi corazón comienza a acelerarse y de pronto quiero gritarle que nos diga qué fue lo que pasó. Las manos comienzan a sudarme y me acerco rápidamente hasta Deborah, lo que sea que esté sucediendo tenemos que enfrentarlo juntas.

—Buenas noches —nos dice el doctor—. La operación ha finalizado y...

— ¿Cómo está Blake? —cuestiono y me doy cuenta de que mi voz suena sumamente desesperada.

—Él está en una situación crítica —responde—. La operación avanzó sin complicaciones, pero debido a su estado es difícil decir algo sobre su evolución justo ahora. Hay que esperar. Aunque lo bueno de todo esto es que pudimos extirpar el tumor completamente.

—Pero... él está bien, ¿verdad? —cuestiona Deborah al borde del llanto.

—Está estable por ahora, pero como ya había dicho, no podemos decir más acerca de su evolución.

Deborah me abraza y el alivio me abruma de una forma intensa. De pronto todo comienza a darme vueltas y me cuesta trabajo escuchar a los demás. Todo se pone negro y después no siento nada. Absolutamente nada.

[...]

Estoy demasiado débil. Tengo los ojos cerrados pero a lo lejos escucho que alguien se mueve cerca de mí. Muevo mi mano y me percato de que tengo una vía intravenosa. ¿Estoy en el hospital?

—Dos. Esta tarde. Primera, sí. Directo. Luke y Amelie Hemmings... Bien, muchas gracias.

— ¿Luke? —murmuro y la garganta me duele.

—Sí... estoy aquí —me dice y siento su presencia a mi lado en cuestión de segundos.

— ¿Qué pasó? —cuestiono y me obligo a abrir los ojos lentamente.

—Te desmayaste —responde y veo el temor llenando su mirada—. Sentí... sentí que te perdería, Amelie.

—Estoy bien —susurro—. El corazón de papá sí sirve.

—Te hicieron un electrocardiograma y algunos estudios y parece que así es, el corazón de tu padre está bien —sonríe tiernamente y me acaricia la mejilla—. El médico dijo que debes descansar de esto, así que en cuanto te den de alta nos volvemos a Sídney.

—Pero... ¿y Blake?

—Él estará bien —bufa—. Ahora únicamente debes cuidar de ti, ¿bien? No voy a permitir que sigas exponiéndote a este estrés constante que terminará contigo.

—No puedes decidir si me voy o me quedo, Luke.

—Claro que puedo —murmura y luce ofendido—. Hasta que la muerte nos separe, ¿no?

Él se agacha un poco y me besa en la comisura de los labios, cierro los ojos y después intento imaginar mi vida sin él, lo cual me resulta imposible y doloroso. Nadie en esta vida merece estar alejado de la persona que más ama.

—Luke... quédate —susurro—. Quédate conmigo.

—Siempre —responde sin titubear—. No voy a irme, Amelie. Te lo prometí una vez y ahora lo reitero.

—Pero y...

—Shht. Cuando volvamos hablaré con ella, ¿bien? Tampoco merece nada de esto.

—Lo sé —asiento—. Te amo, Luke.

—Y yo a ti, Amelie. Por siempre.

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Heeeeeeeeeey <3

Es un capítulo más corto de lo usual pero espero que les guste c: 

Voten y comenten. 

En el próximo capítulo se nos viene "Amelie vs. Lydia". 

All the love. Pao xx.  

STAY - L.H -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora