Capítulo 20.

2.6K 186 59
                                    

La luz de la luna es la única que alumbra nuestro camino de regreso a casa. Ni Calum ni yo hemos hablado mucho, parece que él tiene sus propios asuntos y yo, por mi parte, estoy totalmente sumida en mis pensamientos, intentando buscar algo coherente que me explique lo que estoy sintiendo en estos momentos.

Luke se puso muy raro después de hablar con su madre, nunca lo había visto tan serio y tan distante conmigo, quizá sea una exageración producto de mi inseguridad pero no puedo sacarme aquella actitud suya de la cabeza.

Suelto un pesado suspiro y aquello atrae la atención de Calum, él me mira aprovechando que estamos parados ante una luz roja, su mirada intenta excavar dentro de mí pero no se lo permito.

— ¿Estás cansada? —cuestiona.

—Sí —asiento—, fue algo realmente agotador.

—Pero fue increíble —contraataca—. Lo haría cuantas veces fuera posible.

—Creo que yo también —sonrío.

Miro por la ventanilla del automóvil intentando regresar al justo momento en que Luke me sujetaba contra su pecho mientras caíamos suavemente. No puedo pensar en nada más y me siento la persona más débil del mundo. Nunca había dejado que alguien penetrara tanto en aquella capa de protección que yo misma creé, jamás le había contado tanto de mi vida a alguien como lo he hecho con el chico H, y hay algo dentro de mi pecho que me grita que esto no está bien desde ninguna perspectiva.

— ¿Te gusta mucho Luke? —me pregunta Calum.

—Eh... La verdad es que sólo nos estamos conociendo —suspiro.

—Pero luces enamorada —comenta con voz suave—. No estaría mal que él y tú...

—No estoy segura de que Luke pueda sentir algo así por mí —susurro.

— ¿Por qué no? —cuestiona—. Eres bonita e interesante.

—Mejor cuéntame —sonrío ignorando su comentario y me aventuro a cambiar de tema—. ¿Qué tal tú y Vicky?

—Ella me terminó hace unos días —suspira—. No fue algo que ambos quisiéramos pero se está mudando a Escocia por el trabajo de sus padres, en un par de días.

—Vaya, eso es malo —murmuro—. ¿Cómo te sientes con ello?

—Es algo que aún no acepto del todo, para mí ella aún es mi chica —sonríe.

—Si necesitas desahogarte con alguien...

—Gracias, Amelie. Creo que podremos ser buenos amigos.

Después de un rato hemos llegado. Mis piernas están entumidas por todo el tiempo que pasé sentada dentro de un automóvil y me duele un poco el cuello, creo que simplemente son vestigios de la alocada aventura que he vivido hoy.

Cuando entro a casa me doy cuenta de que Jeff y Cindy aún siguen aquí, paso de largo porque estoy enfadada por la forma en la que me habló mi hermano más temprano y voy directamente hasta el cuarto de mi madre. Ella tiene la puerta entreabierta y puedo verla, está sentada frente al tocador alisándose el cabello con su cepillo favorito.

—Hola mamá —murmuro en voz baja.

—Amelie —suspira—. Qué bueno que llegas, estaba muy preocupada por ti. Jeff me dijo que te arrojarías de un helicóptero y...

—Todo está bien —sonrío—. No tienes que preocuparte.

—No, Amelie. Nada está bien —me dice mi hermano con tono frío.

STAY - L.H -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora