Capítulo 57.

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Estoy de pie frente a la casa de los Hemmings y las manos me sudan, llegué hace aproximadamente ocho minutos y la única verdad es que aún no me he llenado completamente de valor para ir a tocar el timbre. Sé que tengo que hablar con Luke en cualquier momento, pero no sé si él esté completamente dispuesto a retomar el plan que hicimos al volver de Nueva York, y aquello me da miedo. De lo único que estoy totalmente segura ahora es que no quiero perderlo.

Me sobresalto cuando me doy cuenta de que alguien ha abierto la puerta de la casa contigua a la de los Hemmings, percatarme de que es Lydia me resulta amargo. Lleva de la mano a un niño pequeño que mira fijamente hacia la calle, él es rubio y tiene los ojos claros, vagamente me recuerda a Luke y admitirlo me pesa demasiado. Es obvio que ese pequeño podría pasar como hijo de Luke ante cualquiera que no estuviese familiarizado con la historia sobre su verdadero padre.

De pronto la mirada de la chica repara en mi presencia e instantáneamente un deseo de desaparecer se despliega por todo mi cuerpo, ojalá que la tierra me tragase en este mismo instante.

—Hola —me dice ella y comienza a acercarse a mí—. ¿Estás buscando a Luke?

—Sí —asiento sin decir nada más, siento que no le debo ninguna explicación a esta chica.

—Bueno él... está dentro de mi casa, se quedó y justo ahora está terminando de almorzar, después iremos al parque, ¿quieres acompañarnos?

La forma en la que las palabras salen de sus labios me hace pensar seriamente si está siendo amable conmigo o si está embarrándome en la cara el hecho de que Luke pasó la noche con ella. Cualquiera de las dos me resulta detestable y, naturalmente, estoy más allá de enojada.

—Lo esperaré aquí —sonrío intentando no lucir tan descolocada, como verdaderamente me siento—. Quizá después de saber que he venido a buscarle no pueda acompañarlos al parque.

—Fue su idea —me dice y acaricia la cabeza de su pequeño—. Luke y Daniel han creado un vínculo único.

Y como si alguien lo hubiese invocado, Luke sale de la casa de Lydia luciendo apresurado, como si no quisiera hacer esperar más tiempo a su nueva familia. Una vez que él se da cuenta de mi presencia hace una mueca, como si verme no le agradara ni tan sólo un poco.

— ¿Listo para irnos? —le cuestiona Lydia—. Daniel está encantado con el plan.

—Papi —grita el pequeño Daniel y comienza a caminar en dirección a Luke.

Ver Luke abrazando al pequeño me notifica que no puedo hacer nada, no puedo hacer absolutamente nada en contra del sentimiento que tienen el uno por el otro y darme cuenta de ello me aplasta el pecho de una forma torturante.

— ¿Nos dan un momento? —le dice Luke a Lydia y le entrega al pequeño Daniel—. Tengo que hablar con Amelie.

—No tardes mucho o podría desesperarse —dice la castaña y se aparta de nosotros llevando a su hijo de la mano. Se nota a leguas que ella sabe perfectamente cómo manejar esta situación a su favor.

—No tienes que hablar conmigo, Luke —susurro—. Creo que ha quedado todo demasiado claro.

—Necesitas entenderme, Amelie —murmura y luce algo exasperado—, puedo cortar cualquier lazo con ella, pero es más difícil hacerlo con él.

—Claro y, ¿por eso has pasado la noche con ella? —cuestiono y doy un paso hacia atrás ya que siento que estoy muy cerca de él.

—No he pasado la noche con ella —me frunce el ceño y se acerca a mí, me toma de las manos y me mira directamente a los ojos.

STAY - L.H -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora