Capítulo 45.

1.7K 139 42
                                    


Tengo frío, mucho frío a decir verdad. Tengo los ojos cerrados y por más que me esfuerzo no puedo abrirlos. ¿Qué ha pasado conmigo? Me siento confundida y al mismo tiempo tengo mucho miedo, un miedo tan paralizante que las ganas de llorar me crean un nudo en la garganta.

En mi mente todo empieza a cobrar sentido, imágenes de mis últimos recuerdan empiezan a pasar una a una. La boda con Luke, los abrazos de todas las personas que me quieren, la recamara de Luke con aquel horrible video de él teniendo sexo con Sandy, todo lo que ella me dijo y después... nada.

¿He muerto? ¿Es realmente así como se siente?

Una luz muy brillante se vuelve molesta aunque tengo los ojos cerrados, suspiro pesadamente y me siento inquieta. Es como si todo estuviera mal, como si algo verdaderamente malo me hubiera pasado. Quiero poder abrir los ojos, quiero volver a sentirme bien y quiero poder sentir el latido de mi corazón dentro de mi pecho.

Entonces escucho algunas voces, se oyen tan lejos que me cuesta trabajo entender lo que están diciendo, todo es jodidamente sofocante.

De pronto una oleada de electricidad recorre todo mi cuerpo de pies a cabeza, como una descarga que me ha devuelto a la vida, dejo de escuchar aquellos confusos murmullos y la oscuridad me lleva lentamente, dejo de sentir miedo, dejo de sentir cualquier cosa. No hay nada, nada más.

[...]

Alguien llora, es el llanto más desgarrador y asfixiante que he escuchado en toda mi vida; darme cuenta de que es mi madre la que está llorando me hace sentir tan mal que quiero gritar, pero no puedo hacerlo, únicamente abro los ojos lentamente. La luz de la lámpara del techo está apagada, la oscuridad envuelve a mi madre y a Jeff. ¿Qué ocurre?

—Ma... mamá —susurro y la garganta me arde demasiado. Necesito un vaso con agua.

—Oh, Amelie... —Jeff viene hasta a mí y se agacha para inspeccionarme el rostro, como cerciorándose de que de verdad estoy bien. Él tiene los ojos muy hinchados y la barba le ha crecido un poco.

— ¿Qué ocurre? —susurro y la garganta vuelve a dolerme—. ¿Podrías darme agua?

Él se apresura a hacer lo que le he pedido y aquello me da un par de segundos para darme cuenta de que estoy en un hospital, tengo una intravenosa en mi mano derecha y algunos aparatos conectados al pecho. Mi madre se acerca con cautela hacia mí y me mira con un poco de alegría y tristeza al mismo tiempo.

—Gracias a Dios que despertaste —susurra y se limpia las lágrimas del rostro con un pañuelo blanco, un pañuelo de tela que me recuerda a papá.

— ¿Qué ocurrió? —cuestiono y después bebo un poco del agua que me ha proporcionado mi hermano.

—Te encontramos inconsciente en la habitación de Hemmings.

No me pasa desapercibida la forma en la que mi hermano pronuncia el apellido de Luke, quizá ellos también hayan sido partícipes del show que montó Sandy para acabar con el día más feliz de mi vida.

Me percato de que mi madre y Jeff no van a decirme nada más, así que dentro de mi cabeza empiezo a formular algunas preguntas que quiero hacerles, la primera es:

— ¿Dónde está papá?

Mi mamá empieza a llorar de nuevo, el mismo llanto que me trajo en sí hace tan solo unos minutos. Un mal presentimiento se instala dentro de mi pecho y los ojos se me cristalizan. ¿Qué está pasando?

—La ambulancia te trajo aquí —murmura Jeff, evadiendo la pregunta que he hecho acerca de mi padre, lo cual me parece sumamente extraño—. Te conectaron a una máquina que respiraba por ti, dijeron que tu corazón no resistiría mucho más.

STAY - L.H -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora