Capítulo 32.

2.3K 129 55
                                    

LUKE.

Estoy acalorado y el sudor se desliza por mi piel lentamente haciéndome sentir un tanto incómodo. Necesito una ducha urgente. He estado corriendo por más de una hora y media, dándole una y mil vueltas a todo lo que ha pasado en los últimos días.

Me siento sumamente preocupado por la situación de Amelie, tengo miedo de que el hombre esperma decida apartarla una vez más de su vida y que ésta vez ella no pueda ser capaz de resistirlo; además estoy harto de los constantes mensajes de Sandy, simplemente, esa situación del pasado, me supera; y lo que más me agobia es pensar en que Amelie puede desplazarme de su vida por el hijastro de su padre, aquel moreno estúpido y engreído que tiene puestos sus ojos sobre mi chica.

Saco las llaves de mis pants deportivos y abro la puerta dándome prisa, al parecer no hay nadie en casa y aquello me tranquiliza, ahora mismo no quiero hablar con nadie.

Empujo la puerta lentamente para cerrar y es entonces que me doy cuenta de que algo obstruye mi acción.

No algo. Alguien.

Sus piernas pálidas y delgadas son lo que capta mi atención a primera instancia, recorro su piel suave con la mirada, reconociendo muy bien aquel tatuaje de The Rolling Stones en la parte interna de la pantorrilla derecha. Me distraigo un par de segundos recordando las muchas veces que pasé mis labios por aquel detalle de tinta roja permanente.

Los shorts blancos se ciñen a sus delgadas caderas de una forma simplemente perfecta y la blusa negra abraza sus curvas creando una imagen magnífica, digna de admirar.

El cabello rubio cae en ondas sobre sus hombros, resaltando a la perfección las facciones de su rostro.

Tengo que parpadear un par de ocasiones para convencerme de que esto no es una simple alucinación. Ella de verdad está aquí. Frente a mí.

—Hola Luke —murmura y su voz dulce me destantea.

—Sa-Sandy —respondo en un susurro y por puro instinto doy tres pasos hacia atrás. Lejos de ella.

—Me cansé de que no me respondieras ni las llamadas, ni los mensajes. Así que decidí venir hasta aquí para averiguar qué es lo que te tiene así conmigo.

—No deberías haber venido —le digo de inmediato—. Tú y yo no tenemos nada de qué hablar.

—Te dije que quería recuperarte, Luke. ¿Es que ya me olvidaste?

—Sí.

Mi respuesta la ha sorprendido de sobremanera, puedo verlo a la perfección en su semblante. Ella entra a mi casa, cierra la puerta de una forma despreocupada y después se acerca peligrosamente a mí.

— ¿Cómo se llama ella? —me susurra, sus labios están tan cerca de mí que pierdo el control.

—A... Amelie.

—Qué nombre más patético —se burla y pone una de sus manos sobre mi pecho.

Me alejo un poco más de ella ya que su tacto y su perfume me están aturdiendo. Ya no la amo pero Sandy fue mi primer amor, así que aún tiene gran impacto en mí.

—Ella es preciosa —le digo con seriedad—. Y la amo.

Ella luce ofendida, cierra los ojos por algunos segundos y después me sonríe. Se acerca a mí con seguridad y destreza, y al mismo tiempo yo me alejo de ella.

Hasta que mi espalda choca con la pared.

Sus manos se aferran a los bordes de mi camiseta y se aprieta contra mi cuerpo.

STAY - L.H -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora