Capítulo 58.

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Luke me mira luciendo nervioso antes de entrar a mi casa, sé a la perfección que la relación entre Jeff y él está más que perdida, pero no voy a permitir que las cosas se queden así y mucho menos ahora que Luke ha venido para quedarse a vivir aquí. Entramos siendo cautelosos y me sorprende demasiado darme cuenta de que no hay nadie en la sala, Luke me da una mirada cómplice y posteriormente deja sus maletas en el recibidor.

— ¿Estás completamente segura de esto? —cuestiona mirándome con un ápice de preocupación—. Lo que menos quiero es causar problemas aquí.

—Estoy segura —asiento—, las cosas no siempre van a ir mal para nosotros, Luke. Ya lo verás.

Lo abrazo por la cintura y cierro los ojos con fuerza deseando que esto sea menos catastrófico de lo que me indica a gritos mi sentido común. Lo cierto es que sé a la perfección que Jeff no estará nada contento con el hecho de que Luke esté aquí, no lo tolera desde el día de la boda y, de cierta manera, lo entiendo, fue un momento realmente difícil para todos, pero yo he decidido dejarlo atrás así que no veo por qué los demás se aferren a vivir con resentimientos del pasado.

— ¿Amelie?

La voz de mi madre se convierte en mi alerta y me separo a regañadientes de Luke. Él me mira fijamente y asiente casi imperceptiblemente, dándome a entender que, si yo estoy lista para esto, él también lo está.

—Estoy en la sala —respondo—. ¿Podrías venir un momento, por favor?

Luke y yo nos sentamos en el sofá, él me toma de la mano y me percato de que está sudando. Realmente está muy nervioso acerca de la reacción que tendrá mi familia después de que les diga que él vivirá aquí.

—Oh... chicos —murmura mi madre al vernos juntos—. ¿Qué ocurre?

—Mamá... —suspiro—. He vuelto con Luke.

—Amelie... tú... ¿estás segura? —me cuestiona mirándome con sorpresa.

—Ya hemos resuelto nuestros asuntos y... es lo que ambos queremos, mamá.

—Bien —asiente—. Bienvenido de nuevo, Luke.

—Gracias Kate —él sonríe y se pone de pie, los músculos de su espalda se relajan visiblemente cuando mi madre extiende sus brazos para recibirlo con un cálido gesto maternal.

—Solo te voy a pedir que no la lastimes de nuevo —le susurra mi madre.

—No tengo intenciones de hacerlo. La amo y...

— ¡Qué hace este malnacido en mi casa!

La voz de mi hermano hace que todos nos sobresaltemos, su rostro es el reflejo de las emociones que se están acumulando dentro de su pecho y me pongo de pie antes de que él decida que es buena idea comenzar una discusión más grande que la que se avecina inevitablemente.

—Jeff por favor —murmuro—. Tienes que olvidar, ¿bien?

— ¿Olvidar? —se ríe—. ¿Quieres que olvide que por culpa de este imbécil casi te perdimos?

—Jeff —advierte mi madre.

— ¿Qué? —grita él—. ¿Quieres que olvide que a causa de que Amelie se puso mal mi padre está muerto?

Y aquí está. Siempre lo había esperado. Cada día desde que desperté en el hospital después de la cirugía temí que este momento llegara. Sé que Jeff no lo dijo directamente contra mí, pero sé a la perfección lo que él intenta dar a entender, y escucharlo me duele tanto que me quedo sin aire.

STAY - L.H -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora