Capítulo 17.

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Estoy sentada en el porche de la entrada de mi casa esperando a que Luke pase por mí. La mañana está en todo su apogeo y el sol me calienta las piernas de una forma demasiado agradable.

Al inicio estaba un poco indecisa acerca de mi atuendo, pero creo que dado el clima todo lo he elegido perfectamente; el short de mezclilla que está un poco rasgado a la altura de los bolsillos hace juego a la perfección con mi blusa negra de manga corta.

Unos cinco minutos después aparece un automóvil negro frente a mí, tiene los vidrios polarizados y puedo escuchar la canción que suena por la radio porque el volumen es locamente excesivo.

Una de las puertas de atrás se abre dejando ante mí a un Luke en bermudas, vaya, esto es demasiado sorpresivo puesto que él siempre está usando jeans negros ajustados. Él se baja del coche y se acerca a mí con un andar demasiado calmado.

—Hola —murmuro poniéndome de pie.

—Hola —responde sonriéndome y se acerca para abrazarme—. Estás radiante hoy.

—Pues... gracias —sonrío—. Vamos, supongo.

— ¿Tu madre está al tanto de que te vas conmigo? —cuestiona elevando una ceja.

—Sí —asiento—. De lo contrario no me hubiese dejado salir en domingo.

Luke asiente y después me toma de la mano para guiarme hasta el coche. Me deslizo en el asiento trasero y unos ojos verdes me captan por el retrovisor de inmediato. El chico pelirrojo atrae toda mi atención rápidamente, tiene un rostro atractivo y unas mejillas llenas que me hacen pensar en todas las veces que mi madre me ha pellizcado los cachetes. A su lado, en el asiento del copiloto, está sentada una chica de ojos azules y cabello negro que le roza el hombro de una forma linda, debo admitir que es un buen corte.

—Tú debes ser Amelie —habla la chica—. Soy Ruth, un gusto.

—Sí —asiento—. Hola.

—Yo soy Michael, pero me puedes decir guapo —murmura el chico rojo.

—Muchas gracias por aceptar que Luke me invitara —sonrío.

Michael asiente y me da una sonrisa fugaz por el espejo retrovisor. Todos guardamos silencio dentro del coche mientras del equipo de sonido se desprende una canción interesante, no la conozco pero la letra es demasiado original.

Despego mi atención de la música cuando Luke pone su mano sobre la mía, volteo para mirarle y choco con aquellos ojos azules tan vivaces y brillantes que me encantan.

Me pongo nerviosa en cuestión de segundos.

—Amelie y yo pensábamos en algo interesante para hoy —murmura Luke—. Queremos saltar de un paracaídas.

—Suerte con eso —musita Ruth—. Ni de juego me voy a arrojar de un avión a cientos de pies de altura.

—Me gusta —nos dice Michael—. Yo voy. Aunque falta ver qué dice la mitad del clan.

Frunzo el ceño ante la mención de más personas. Pensé que solamente seríamos nosotros cuatro, pero al parecer no es así.

—Preciosa, llama a Ashton y pregúntale —le pide el chico rojo a Ruth.

—Claro —ella sonríe y después se inclina para dejar un beso en su mejilla.

Ruth se pone de inmediato a la tarea de llamar a su amigo, baja el volumen de la radio hasta que en la pequeña pantallita aparece un cero y después escucho el timbre de espera mientras llama.

STAY - L.H -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora