Capítulo 9.

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(alrededores del autobús, narra Iria)

- La rueda ya está cambiada.- Anuncia el conductor justo cuando creo que del golpe de calor voy a desmayarme.

- Vámonos.

Esta vez Xandra, Alina y yo nos sentamos de manera diferente. Elegimos asientos más o menos por el medio del bus y Alina y Maya se sientan delante, mientras que Xandra y yo detrás. Habrán pasado aproximadamente unas tres o cuatro horas desde que tuvimos que parar. Dios mío, llegaremos tardísimo. Ya empieza a oscurecer pero el calor sigue igual de intenso que antes y el autobús es un horno.

Xandra intenta volver a dormirse pero no la dejo, es demasiado aburrido. En su lugar me pongo a contarle cotilleos e historias de la gente que conocemos de nuestro pueblo, que básicamente es el pasatiempo favorito de Xandra.

Después cogemos una libreta y nos ponemos a hacer juegos de cuando éramos niñas, de esos que te emparejan con un chico y te dicen que serás millonaria y tendrás tres mil hijos. Un rato después, Alina y Maya se unen a nuestro juego y acabamos todas doblándonos de la risa por las tonterías que nos tocan.

Noto que poco a poco el autobús va reduciendo velocidad hasta que para. En este momento ya está bastante oscuro y todas tenemos que guiarnos por las lucecitas del bus, pero igualmente se ve. De pronto todos los fans que están aquí dentro empiezan a gritar como locos. Yo intento ver por la ventana pero Xandra la ha tapado con la horrible cortina azul oscuro del autobús.

- ¡Aparta!- Le digo, y la muevo de su asiento al tiempo que descorro la cortina.

- ¿Qué...? ¿Qué pasa?- Dice ella aturdida.

- ¡Hemos llegado!

- Oh, vale.

La poca luz que queda del día no deja ver gran cosa, pero sí que se pueden distinguir perfectamente cinco siluetas recortadas contra el fondo.

Hay más autobuses aparcados a los alrededores pero no se ve a nadie más.

Todos los fans bajan del autobús y mientras yo me encargo de coger nuestro equipaje de mano y guardar el móvil y demás cosas que llevaba en la mano.

Alina está como histérica por ver a Carlos.

- Cálmate, tía. Deja que la gente baje, que vas a parecer una loca desesperada. ¿No sería mejor que te pasaras a saludarlo más tarde?

- Iria, son casi las diez de la noche. Además, aprovecho que están todos juntos y así me presenta al resto.

Toso un poco aposta y le digo:

- Álvaro.- Vuelvo a toser.- Álvaro.

- Cállate. -Me dice sonriendo. Parece una niña pequeña.

Xandra mientras tanto está con su habitual indiferencia, y a Maya se la ve muy emocionada. Yo todavía no sé cómo voy a reaccionar. Estoy demasiado nerviosa.

Cuando me doy cuenta todo el mundo ha salido ya y estamos las cuatro solas en el bus.

(interior del bus, narra Alina)

Cojo mi mochila y salgo la primera del bus. En cuanto salgo los reconozco a los cinco. Estaban todos de pie y con los brazos cruzados a unos diez metros de mí. Un montón de fans los rodeaban. De pronto Carlos gira la cabeza hacia el autobús y lo veo. Lo saludo y sonrío. Él se separa del grupo y viene hacia mí, con los brazos abiertos.

Yo dejo mi mochila en el suelo y espero su abrazo con los ojos cerrados hasta que solo abrazo el aire y casi me caigo al suelo.

Levanto la vista y veo a Álvaro mirando en mi dirección y riéndose como un loco. Dios mío, qué vergüenza.

Una casualidad tras otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora