Una casualidad tras otra.

Capítulo 60.

Tanto misterio me sorprende, pero sigo a Dani cuando avanza entre toda la gente que ya está amontonada en torno a la tarima. La sala sigue llenándose poco a poco hasta estar a rebosar de gente.

Nosotros estamos en tercera fila con unas vistas geniales. Es obvio que vamos a asistir a un concierto, pero ¿de qué grupo?

Dani mira sonriente al frente y de vez en cuando comprueba su móvil. Yo decido apagar el mío para evitar ser interrumpida y después me pierdo en su sonrisa hasta que unos gritos comienzan a sonar por todo el espacio.

Me pongo un poco de puntillas y miro al escenario. El comienzo de una canción hace que se me erice la piel cuando me fijo en los componentes del grupo.

“El Encuentro.” Identifico de inmediato la canción.

Estoy en un concierto de Supersubmarina. Con Dani. Agarro su mano fuertemente mientras nos sumamos a los gritos de los demás.

“Mecanismo de autocontrol, en tus miradas.”

Canto emocionada los versos acompañada de las demás personas que me rodean. Dani a mi lado, también canta y me devuelve el apretón, sujetándome así la mano.

“Rendidos hechos pedazos nos tenemos que levantar.”

“Necesito un poco de piedad, darte un par de abrazos y explotar.”

Las canciones van sucediéndose una a una, pero el ánimo no hace más que aumentar.

“Con alertas oficiales, a todos los militares que trabajen para ti.”

“Tú cuidado con lo que dices, que está hecha de cicatrices.”

La canción se acaba y la sala estalla en aplausos. Yo giro la cabeza y pillo a Dani mirándome. Le sonrío y él hace lo mismo, con ojos brillantes. Con todo el griterío del local, no se entiende nada, así que articulo un “gracias” que espero que entienda. Él niega con la cabeza y me hace una seña para que vuelva a observar el escenario.

El vocalista se acerca al micrófono y agradece al público su ánimo de esta noche. Antes de seguir con el concierto añade una cosa.

- La canción que viene ahora es muy importante para un amigo nuestro y su novia. No necesitan nombres porque ellos ya saben quiénes son. Va por vosotros, chicos.

El público vuelve a aplaudir y a mí me da un vuelco el corazón cuando escucho los primeros acordes de “Niebla”, mi favorita.

Giro la cabeza y miro a Dani que, aunque tiene los brazos bajados, levanta los pulgares a modo de aprobación. Y caigo en la cuenta. Somos nosotros la pareja a la que iba dedicada la canción. Se me llenan los ojos de lágrimas y agarrando el brazo de Dani, me pego a su costado.

Noto sus brazos envolviéndome cuando algunas lágrimas me resbalan por las mejillas. Empieza a costarme respirar e intento tranquilizarme. Dani envuelve mi cara con sus manos y me da un pequeño beso en los labios. Mis mejillas arden, al igual que mis piernas tiemblan.

Cuando logro despejarme un poco vuelvo a centrarme en la canción.

“Dile que el silencio que hay entre vosotros pronto quedará en un despertar.”

“Deja ese momento en el cajón de los recuerdos, y recuerda su olor.”

“Su despertar, su forma de hablar, su mal humor, su estar mejor.”

La canción acaba y más lágrimas acuden a mis ojos. No puedo parar de llorar en lo que sigue de concierto, la cara me arde muchísimo y me cuesta un poco respirar por toda la cantidad de gente que tengo alrededor.