(apartamento de Iria, narra Iria)
Apago el despertador y después de unos minutos me levanto de la cama para darme una ducha. Al salir, voy a la cocina y caliento agua para hacer un té. De vuelta en la habitación, elijo algo cómodo para ponerme y cojo el bolso con los libros de las clases que tengo hoy. Cojo el móvil de la mesilla de noche y voy hacia la cocina donde me siento sola a la mesa para desayunar. La casa está un poco vacía sin Xandra y tendré que arreglármelas para conseguir pagar el piso, pero al menos tengo más espacio para mí. Tomo el té a sorbos pequeños para evitar quemarme y me empiezan a llegar muchísimos mensajes a WhatsApp felicitándome por mi cumpleaños.
Antes de que me dé tiempo a contestar a ninguno, me llaman mi madre, mi abuela y mi padrino para desearme un feliz cumpleaños y preguntarme qué tal estoy. Salgo de casa a toda prisa porque me entretuvieron hablando por teléfono y Jorge me debe de estar esperando abajo. Subo al coche rápidamente y voy dando las gracias a cada mensaje que me dejaron.
- ¿Qué pasa en tu móvil que te tiene tan entretenida? ¿Es tu novio?- Pregunta con tono de burla sin apartar la vista de la carretera.
- Es gente felicitándome por mi cumpleaños.- Contesto de mala gana guardando el teléfono en el bolsillo del pantalón.
- Ah, ¿estás de cumpleaños? Felici...
- Ni se te ocurra.- Le corto antes de que acabe la palabra.- Odio mi cumpleaños, pero la gente se sigue empeñando en organizar cosas. ¿Es que no pueden hacer como si fuera otro día normal y corriente?
- Vaya, lo siento.
- No, lo siento yo. Esto me pone de mal humor y lo pagué contigo.- Me disculpo ofreciéndole mi mejor sonrisa. Después decido cambiar de tema.- ¿Tienes algún plan para hoy?
- He quedado con unos colegas para ir a un sitio nuevo que abrieron hace poco, ¿y tú?
- Intentaré acabar el trabajo que tengo que entregar este viernes. No sé cómo me las arreglo pero soy la única que se pasa los días estudiando y haciendo trabajos.
Jorge suelta una carcajada y me sonríe para animarme. Aparca el coche y cada uno se va a su clase. No lo vuelvo a ver en toda la mañana y tengo que volver en bus a casa porque él se fue con sus amigos.
Preparo algo rápido para comer y me siento en el sofá con el ordenador a descansar un rato antes de ponerme con el trabajo que tengo que entregar esta semana. Se me cierran un poco los ojos y me voy quedando dormida hasta que me despiertan los timbrazos que suenan por la casa sin parar.
Voy hasta la puerta y abro sin mirar por la mirilla. Una avalancha de gente entra en mi casa, me da besos y abrazos y empiezan a cantar el cumpleaños feliz al tiempo que Alina me planta delante una bandeja con una tarta enorme de chocolate con 19 velitas encendidas para que las apague de un soplo.
- Y no te olvides de pedir un deseo.- Me dice justo antes de soplar. Las apago todas y después ella se va a la cocina. Vuelve al poco tiempo con un montón de platitos y un cuchillo.- ¿Qué te parece? La he hecho yo.
- Gra... gracias.- Consigo decir.- ¿Pero qué hacéis todos aquí?
- Hemos venido a celebrar tu cumpleaños.- Responde Maya dándome otro abrazo.
- Pero si no hacía falta...
Nos sentamos todos por donde encontramos un hueco en el salón y me fijo en que David está agarrando de la mano a la misma chica que llevó a la cena, Esther. Él está sonriendo muchísimo y se le ve que está muy feliz. Hacen buena pareja. Ella está con cara de susto y se le ve incómoda, así que le sonrío lo mejor que puedo para que no sienta que sobra. Dani no está, pero tampoco me sorprende, seguro que se ha olvidado.
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Una casualidad tras otra.
FanfictionTodo empieza con un concierto que les cambiará las vidas a tres chicas. Después, como todo por casualidad, acaban haciendo su mayor sueño realidad. Conocerán a mucha gente nueva, harán amigos y enemigos, pasarán por momentos buenos y malos, conocerá...