Capítulo 58, parte 3.

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(calles de Alcalá, narra Iria)

¿Pero dónde se habrá metido esta idiota el día de su cumpleaños? Si le encanta, y hoy ninguno de nosotros había quedado con ella.

Llevamos horas buscándola por toda la ciudad. El resto ya se han ido, pero yo me he empeñado en quedarme un rato más para a ver si consigo encontrarla.

Dani está tan cansado como yo, o más, y todavía tiene que conducir de vuelta a casa.

- Vámonos, ya es realmente tarde.- Dice tirando de mi brazo.

- ¿Pero y si le ha pasado algo? ¿Y si se ha enfadado con todos nosotros?

- Iria, ahora no vamos a solucionar nada, y menos así de cansados. Es mejor que nos vayamos a dormir y mañana la llamemos al móvil, a ver si esta vez nos lo coge.

Al final termino por hacerle caso y juntos nos alejamos en su coche, dejando atrás las calles de Alcalá. 

(apartamento de Álvaro, narra Álvaro)

Termino de hacer las tostadas y el microondas pita, indicando que la leche ya está caliente. La pongo en una pequeña jarra y la sirvo en mi taza.

Veo como aclara el color de mi café y remuevo todo el azúcar que le he echado. Los recuerdos de ayer me invaden sin poder evitarlo.

Recuerdo ver a Alina cayéndose al agua, recordar aquella vez que me contó que nunca había sido capaz de aprender a nadar, y todo eso llevándome a ir hacia la piscina sin ni siquiera pensarlo. Los gritos de Carlota, el contacto con el agua helada, el cuerpo inerte de Alina. Aquel chico reanimándola, toda la discusión con Carlota, y el llevármela a casa para que pudiera descansar.

Escucho un ruido proveniente de mi cuarto, y salgo de mis ensoñaciones.

Alina aparece segundos después en la cocina.

- ¿Álvaro?- Dice sujetándose la mano en la cabeza.- ¿Dónde estoy?

- En Madrid, en mi casa. Te he traído hasta aquí.

- ¿Y qué hago yo aquí? ¿Qué ha pasado?

- ¿No te acuerdas? Pues mejor para ti.-Le contesto cabreado.- Desayuna algo, y luego será mejor que hables con todos nuestros amigos. Deben estar muy preocupados por ti.

- ¿Para qué? Si ni siquiera les importo.

- ¿Qué dices? Si ayer iban a hacerte una fiesta sorpresa.

- ¿Qué? ¿De qué estás hablando?

- Sí, lo tenían todo planeado. Me avisaron, pero bueno, ya había quedado con Carlota y...

- Vale.- Me corta la frase.- Tampoco me importa demasiado. Ayer dejé el móvil en mi casa, así que cuando llegue los llamaré. 

- Como quieras.- Hago una pausa.- Puedes ducharte, si te apetece. Y si quieres quedarte a comer podríamos hablar...- Digo, un poco más calmado ya.

- No necesito tu caridad.- Responde ella sin mirarme.

(apartamento de Álvaro, narra Alina)

- No es caridad, solo estoy intentando ser amable. Y más te valdría hablarme de mejor humor, después de la que montaste ayer y de todo lo que hice yo por ti.

- Oye, a mí no me gusta que me echen las cosas en la cara. Y sí, me caí al agua, pero cualquier otro podría haberme sacado. Ni que hubieras dado tu vida por mí.- Le contesto. No me gusta el rumbo que está tomando esta conversación. No es lógico que él me diga todo esto ahora. Y encima, el creciente dolor de cabeza que tengo por la resaca, no me ayuda a calmarme demasiado.

- ¿Qué? No solo te saqué del agua. Ni siquiera te acuerdas de la mayoría de lo que pasó ayer, así que no te defiendas de esa manera.- Me responde él subiendo el tono de voz. Es cierto que apenas me acuerdo de nada, pero tampoco ha sido tan grave lo que ha pasado.

- ¿Ah, sí?- Le contesto yo.- ¿Y qué ha pasado entonces, héroe?- Remato irónicamente.

- Primero te emborrachaste, después algo tuvo que pasar con Hugo, porque él estaba realmente cabreado contigo cuando acabó la fiesta, te tiraste al agua, tuve que recogerte ya que nadie más se movía, por tu culpa discutí con mi novia, te traje a mi casa, pasaste la noche aquí, te acogí lo mejor que pude, ¿Y todavía crees que no he hecho nada? Ni un puto gracias me das.

- ¿Pues sabes qué?- Le respondo furiosa levantándome de mi asiento.- ¡A ti nadie te obligó a llevarme a casa ni a cuidarme, así que ahora no deberías estar quejándote!

- Aún por encima te vuelves en mi contra.- Dice Álvaro bufando.- Pues que te den. Vete de mi casa cuando te dé la gana, no quiero volver a verte. 

- ¿Eh? No, Álvaro, ¡Espera!- Enfadadísimo, sale de la cocina y escucho un portazo fuera. Como estoy, con la ropa arrugada de ayer y unas pintas horrorosas, corro detrás de él, saliendo de su apartamento también.

No debería haberle dicho eso, me he pasado. Él solo quería ayudarme. Pero es que estoy tan dolida con todo lo de su novia... Y entre mis amigos, que todos tienen pareja y ahora pasan de mí, y me siento más sola que nunca, lo estoy pasando fatal. 

He hecho mal pagándolas con él.

Lo veo meterse en el ascensor, y yo me cuelo justo cuando las puertas se están cerrando. Álvaro marca el 0 y mirando hacia el suelo, me dice:

- ¿Qué haces aquí? ¿No me has jodido tú bastante ya?

- Lo... lo siento.- Murmuro apenada.

De pronto el ascensor hace un traqueteo extraño y los dos nos apoyamos en las paredes. Se para y las luces se van, dejando solo las de emergencia.

- ¿Se ha atascado?- Pregunta él.- Dios, por favor, ahora no. Justo ahora no.

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Hola! Aquí la tercera parte de este capítulo, avisamos de que quedan bastantes aún por publicar :D

¿Qué os parece el rumbo que está tomando todo?

En el capítulo anterior no conseguimos ni la mitad de votos de lo que conseguimos habitualmente y pensamos que igual es porque no sabéis que hemos publicado así que avisamos que mientras dure el capítulo 58, subiremos un capítulo cada dos días!

Hasta entonces, un beso ^^

Una casualidad tras otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora