Capítulo 11.

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(mañana siguiente, narra Xandra)

Me despierto la última de las cuatro. Alina está haciendo la cama, Maya peinándose en un espejo de la cabaña y no veo a Iria, pero supongo que estará en el baño.

- Joder, me podíais haber despertado.

- Lo intentamos pero es imposible.- Contesta Maya.

- ¿Qué hora es?- Pregunto.

- Las ocho menos cuarto, pero tranquila, no te preocupes que hay tiempo de sobra.

- ¿A qué hora es el desayuno?

- A las ocho.

- Mierda.- Digo. Iria sale del baño con el pelo húmedo.

- ¿Qué pasa?- Dice.

- Déjame entrar, anda.- La aparto de la puerta. Una vez dentro cierro la puerta, cojo una toalla y me meto en la ducha.

- ¡Pero déjame coger el secador!- Vuelve a decir Iria aporreando la puerta. Como ya estoy dentro de la ducha no le abro, pero escucho que Maya le dice:

- Yo he traído un secador, espera que te lo dejo.

¿Pero para qué diablos se habrán traído tantas cosas estas dos? Si solo son tres días...

Al cabo de un rato salgo de la ducha envuelta en la toalla y le pido algo de ropa a Iria, que es la que está más cerca.

- Aquí solo tienes una camiseta.- Dice rebuscando en mi maleta.

- Pues cógela.- La saca y la desdobla, y después coge mi pantalón corto y las vans negras que llevaba ayer.

Me la tiende y vuelvo a meterme dentro del baño para cambiarme. Cuando salgo me las encuentro a todas sentadas en la cama de Maya charlando. Su cama está hecha y la de Alina también, aunque la mía y la de Iria son un revoltijo de sábanas. Pues yo así lo veo mucho más cómodo.

- Vamos, que son las ocho en punto.- Dice Alina.

Vamos hacia el comedor y por el camino vemos a unas cuantas chicas más y un par de chicos que también salen de sus cabañas y se dirigen allí. Cuando todos entramos vemos que solo queda una mesa libre al fondo.

Como si nos hubiéramos puesto de acuerdo, todos echamos a correr para cogernos la mesa. La primera que llega es Maya, que se sienta en una de las sillas y sonríe mucho.

- Toda nuestra, señoritas.- Dice cuando llegamos nosotras. Bueno, ha sido un buen calentamiento. Felicitamos a Maya y nos sentamos mientras vemos como el resto de las personas que corrían a por la mesa se tienen que marchar a compartir otra con más gente. Que les den.

Me fijo un poco en el comedor. Está completamente lleno, y los chicos están en el centro, en una mesa un poco más grade que las de los demás. El único que falta es Dani. Carlos me mira y sonríe. Le devuelvo la sonrisa y las chicas y yo vamos a buscar comida.

En las mesas de buffet hay de todo, es el paraíso de los dulces. Escojo todo lo que sé que no lleva gluten y les pregunto a las cocineras en los productos que dudo. Alina y Maya llenan sus platos e Iria coge todo lo que ve con chocolate. Después ella misma se ofrece a ir a por nuestros cafés.

- Yo quiero un zumo de naranja. - Dice Maya.

- Yo café con leche.

- Yo también.

- Vale. Entonces tres cafés y un zumo.

Deja sus cosas en la mesa y se aleja. De pronto las puertas de la entrada se abren de par en par y entra Dani colocándose bien una gorra.

Una casualidad tras otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora