Capítulo 31.

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(calles de Madrid, narra Iria)

Los chicos y yo salimos de nuestro edificio sin un rumbo fijo y nos alejamos por las calles de Madrid. Por el camino Carlos y yo vamos gastándole bromas a David, Blas está a mi lado riéndose de lo que decimos todo el rato, y Álvaro un poco más apartado.

Cuando empieza a oscurecer Xandra me llama al móvil.

.........................................Conversación telefónica.......................................

- ¿A qué hora vienes?

- No sé ¿Ya se ha ido Dani?

- No, sigue aquí.- Hace una pausa.

- Bueno ¿Vienes o qué?

- Sí, no sé, supongo. En un rato nos vemos.

......................................Conversación telefónica...................................

- Chicos, tengo que irme.

- Yo también debería irme ya, que he quedado para cenar y todavía quiero cambiarme de ropa. - Me dice Carlos.

- ¿En serio os vais tan pronto? Bueno, entonces yo también.- Comenta David.

- Te acompaño a casa si quieres. - Me dice Blas.

- Claro.

 ¿Tú qué vas a hacer?- Le pregunta Carlos a Álvaro.

- Me voy yo también. Hace tiempo que no duermo, y hoy quiero aprovechar.

- Vale.

Todos nos despedimos. Blas y yo vamos por un lado y los demás por el otro.

- ¿Tienes prisa? - Me dice.

- La verdad es que no.- Le confieso. - No sé por qué, Xandra me ha pedido que fuera. En realidad ni siquiera me apetece irme todavía.- Respiro el aire nocturno que empieza a invadirlo todo, y él me mira.

- Pues vamos, yo no tengo nada que hacer.

- ¿A dónde?

- Te invito a cenar.- Me sonríe y no puedo negarme.

Me lleva hasta un restaurante sencillo que dice que hace tiempo que conoce. Durante la cena me cuenta cosas sobre sí mismo, y también me pregunta sobre mí.

- Oh, nos conocemos desde pequeñas. He sido amiga de Xandra y Alina desde hace muchos años ya. A Maya la conocimos en My Camp, y cuando se mudó con Alina fue una sorpresa.- Blas me sonríe desde el otro lado de la mesa mientras acabamos de comer.

Cuando se hace tarde él paga y nos vamos.

- Vamos, te llevo a casa.

- En serio, si tienes que irte ya, yo puedo ir sola sin problema.

- Sí, claro. Y voy a dejar yo a una chica preciosa ir sola por las calles de Madrid de noche.

- Vaya...- Digo aturdida y notando como me sonrojo.- Gracias.- Él sonríe hacia el suelo.

- De todos modos dije que te acompañaría.

Vamos caminando hasta la puerta de mi casa y nos quedamos en el umbral.

- Gracias por acompañarme... y por pagar la cena. Y por cenar conmigo.

- No digas tonterías. Me encanta hacerlo ¿Podremos repetirlo?

- Claro, supongo.

- Vale, te llamaré.

- Genial.

Una casualidad tras otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora