Capítulo 39.

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(apartamento de Blas, narra Xandra)

Aparto un poco la sábana de mi cuerpo ya que me está dando calor. Blas duerme a mi lado, pero yo soy incapaz. Me doy la vuelta y apoyo la cabeza en el lado frío de la almohada, justo en el borde de la cama.

........................Flashback..........................

- Adiós tías.- Me despido de mis amigas.

- ¡Pásalo bien!

- Y cuidado, a ver qué hacéis...- Dice Maya justo antes de que la puerta se cierre tras de mí.

Bajo las escaleras con calma hasta llegar a la entrada. Allí me siento en uno de los escalones a esperar por Blas. Me había dejado una llamada perdida indicándome que me quedara aquí. 

Al poco de sentarme, llega. Me saluda desde el coche y me hace un gesto para que me meta en el asiento del copiloto.

- ¿Llevas esperándome mucho tiempo?

- La verdad es que sí, casi 20 minutos. No conoces el significado de la palabra puntualidad.- Aunque no sea cierto se lo digo para que espabile.

- Lo siento.- Baja la cabeza.

- Bueno, por esta vez te perdono.- Le respondo.

- En fin, será mejor irnos ya.- Arranca el coche y yo me pongo el cinturón de seguridad.- Por cierto, felicidades. 

- Ya pensé que te habrías olvidado. 

- ¿Estás de broma? Mira en el asiento trasero.- Me giro para descubrir una caja enorme que ocupa casi un asiento entero.

- ¿Qué es?- Le pregunto emocionada.

- Vas a tener que esperar un poco para saberlo.

Blas conduce hasta el centro de la ciudad, donde aparca. Nada más salir del coche escucho un grito y me giro, para ver a una chica abrazada a Blas.

- ¿Ya me estás engañando con otra?

Él se ríe y no me contesta.

- Eres Blas... Blas Cantó. Yo... soy... muy... fan.- Con cada palabra que dice hipa más y le cuesta más hablar. Yo me acerco a ella.

- Eh, respira. Me recuerdas a una amiga mía.- Digo pensando en Iria.

- Yo... yo... Me firmas...? Me...?- Dice estendiendo su brazo y un bolígrafo. Blas lo coge y asiente sonriendo. Cuando acaba de firmarle la chica se dirige a mí. - ¿Tú... tú quién eres?

- Yo soy yo.- Le respondo.

- Es una amiga mía.- Dice Blas apoyando una mano en el hombro de la chica, lo cual parece tener el efecto contrario a tranquilizarla, porque empieza a llorar más.- Es su cumpleaños y vamos a celebrarlo.

Yo me alejo de ellos dos seria y me quedo apoyada contra la pared, esperando mientras se dicen unas últimas palabras de despedida y la chica se aleja en una mezcla de lágrimas con una profunda alegría.

- ¿Nos vamos ya?- Me pregunta Blas cuando llega hasta donde yo estoy.

- Sí.- Le respondo seca. 

- ¿Te pasa algo?

- ¿A mí? Qué va. 

- ¿Y entonces?

- ¿Entonces qué?

- ¿Por qué estás así?

- Pues porque sí.

- ¿He dicho algo que te sentara mal?

Una casualidad tras otra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora