30.

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Oliver Ferrara.

"Las yemas de sus dedos bajaron con suavidad a lo largo de toda mi espalda desnuda mientras yo estaba tumbado boca abajo, desnudo y con una sábana cubriéndome de cintura para abajo. Seguía con los ojos cerrados, como si estuviese dormido para que no dejase de hacerlo. Me encantaba sus caricias.

Tenía las manos bajo la almohada y las manos de Edith dibujaban distintas figuras en mi espalda que no conseguía descifrar, hasta que me di cuenta de que su dedo índice hacía la forma de un corazón en la mitad de mi espalda.

- que estás despierto -su boca se pegó en mi oído y sonreí inevitablemente, descubriéndome yo solo.

Abrí los ojos y giré la cabeza al otro lado para encontrarme con esos ojos azules que me decían lo perfecta y maravillosa que era.

Tenía el pelo revuelto, una sonrisa increíble y una sábana cubriendo su fantástico cuerpo desnudo. Al instante quise romper y quemar aquella sábana por taparme tal maravilla.

- Buenos días, nena -agarré su mano, que seguía en mi espalda y la llevé a mi boca, donde besé su palma y la yema de cada uno de sus dedos.

- Buenos días, ¿qué tal has dormido?

¿En serio me estaba preguntado eso? ¿cómo voy a dormir con ella a mi lado?

Merece la pena odiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora