John se quedó mirándome en completo silencio, como si le costase creer que hubiese pronunciado la palabra en voz alta después de todo. Para ser sinceros, me sentí más aliviado de lo que pensaba al hacerlo. Se mordió el labio inferior durante un instante de duda, en el que debatió consigo mismo la posibilidad de dejar escapar el torrente de palabras y sentimientos que tenía atascado en el pecho como un hierro candente (pido disculpas por el símil), o sencillamente cerrarse en banda y pretender que nada de lo que había pasado había ocurrido realmente.
-¿Pero cómo? -preguntó finalmente, mirándome una vez más-. ¿Cómo puede un hombre empezar a arder por dentro? -chasqueó la lengua, escéptico. Sin embargo, vi en sus ojos la necesidad de que le convenciera de que yo tenía razón-. Y no me hables de combustión espontánea, ¿quieres? -finalizó, algo hostil.
Sentía la garganta tan seca como si hubiese cogido un puñado de tierra y me lo hubiese intentado tragar. Lo miré, incómodo, y acabé encogiéndome lentamente de hombros. ¿Cómo aquél hombre podría haber empezado a arder? No lo sabía, y no quería saberlo. Sin embargo, sabía que tenía que darle una explicación lo suficientemente razonable a John como para que se posicionase de mi lado. ¿Para qué? No estaba seguro, pero me sentía nuevamente inseguro en aquél equipo. Me estaba temiendo que todo volviese a ocurrir.
-¿Por qué no sales a tomar el aire? -me preguntó mi propia cabeza, no era una mala idea, de no ser porque no podía hacerlo-. Quizá puedas volver al Paradise, ¿no? -sonreí un poco al recordar el lugar-. Sí...y quizá el paciente 32 siga estando allí, esperándote. -aquél pensamiento, demoledor, me arrancó la sonrisa e hizo que me estremeciera repentinamente.
-¿Estás bien? -preguntó John con voz alarmada. No le hice caso.
-Y quizá también esté el número 23, ¿no? Claro que existe la posibilidad. Se le daba muy bien escribir, ¿te acuerdas? Puede que ya haya escrito lo que está pasando aquí, ¿no? Sí, claro que puede ser. Puede que incluso haya escrito que, mientras tú estás aquí perdiendo el tiempo, ellos estén ahí fuerza, deslizándose como zorros en un gallinero, listos para atraparte. Y esta vez, puedes creerlo, no te dejarán escapar.
La ristra de pensamientos era demoledora e imparable, y las conclusiones a las que me obligaban a llegar eran terribles. ¿Y si era verdad? ¿Y si cada día estaban más cerca de nosotros? ¿Y si no sólo me cogían a mí, sino que también capturaban a Alex? No podía parar aquello, que me estaba mareando y provocándome arcadas. El suelo a mis pies empezaba a moverse con un frenesí demencial, como si en lugar de estar en aquella habitación me encontrase de repente en mitad de un huracán inmenso y destructivo. Un huracán teñido de sangre. Si me esforzaba un poco podría ver el ojo. Un ojo perteneciente a un humano, pero un ojo inhumano. Un ojo cruel y sádico, cargado de ira, rabia y dolor. Un ojo que escrutaba cada rincón de mi alma, y que se regocijaba con lo que encontraba.
Cerré los ojos. Definitivamente, estaba mareado. Los cerré intentando recuperar la calma, luchando por vencer el mareo que me azotaba con violencia. A las arcadas se le habían sumado unas náuseas que antes no estaban, y me encontraba al borde del vómito. Cerré los ojos con fuerza, intentando desvanecer todo aquello, pero entonces lo vi con absoluta claridad. El ojo, azul como el cielo, me miraba fijamente.
-¡Eh! -gritó una voz que me sonaba lejana, como a años luz de distancia-. ¡Tony! -sentí en esta ocasión una leve presión sobre el hombro derecho que me zarandeaba con cierta suavidad-. ¡Me estás asustando, maldita sea! -confesó más en un susurro que en una declaración abierta, pero pude oírlo con toda claridad.
Seguía con los ojos completamente cerrados, aunque esta vez luchaba por abrirlos, pero pude ver el brazo de John extendido por encima de la camilla, intentando devolverme a la realidad.
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Distopía
HororDistopía es una sociedad indeseable en sí misma, eso es exactamente lo que sucede en las instalaciones de este centro de investigación: una "sociedad" donde los médicos someten a los pacientes a pruebas invasivas y crueles sin importarles la integri...