Capítulo 4

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Jimin

Siento su mirada amenazante, pero me mantengo firme. No pienso caer en su juego, no pienso seguir en esto. Esto verdaderamente decidido y él no me hará cambiar de opinión por más amenazas que me haga o cosas que me ofrezca.

- No puedes hacerme esto a mi, Jimin- me dice Martín intentando mantener la calma.
- Tú mismo me dijiste una vez que el día que decida marcharme lo aceptarías, entenderías que es mi hora de hacer otras cosas, seguir otro camino.
- Pero no ahora. Jimin, tengo muchos planes y tú estas incluido, eres bueno, siempre te lo he dicho. Te quiero aquí. - me dice en tono exigente, yo niego con la cabeza
- No lo entiendes... esto ya no es lugar para mí. - digo señalándome- sabes que si entre en esto fue por necesidad y por compromiso contigo... creo que te he cumplido, tengo casi tres años metido en esto. Ya es suficiente para mí.
- Entonces dime, ¿Qué pretendes hacer?
- Voy a conseguirme otro trabajo- digo seguro de mi mismo- es verano y por estas fechas siempre se puede encontrar algo, aunque sea a tiempo parcial, lo que sea- digo encogiéndome de hombros- pero esto no
- ¿Qué tiene de malo esto? Te ha dado todo lo que tienes... ¡todo lo que tengo yo!- exclama más fuerte señalando a su alrededor- mira esta casa, mira mi ropa... mírate. A pesar de tener ese típico estilo que tanto se lleva ahora, con los pantalones a medio ****, pendientes en el oído y todo eso... Jimin, vives bien, estas bien. Y tu ropa es de buena marca aunque no lo parezca
- Si, pero...
- Dime algo- dice interrumpiéndome- ¿te ha faltado dinero alguna vez?
- No, no me ha faltado dinero, pero quiero que el dinero que tenga ahora sea... limpio.
- ¿Limpio? ¡mi dinero no es sucio!- dice algo alterado- el dinero que tienes, tampoco lo es. Arriesgas tu vida ¿no? Como los bomberos - dice burlón
- No digas tonterías- digo bufando- si corro riesgos en por andar precisamente en cosas que no debo
- Oh vamos Jimin antes no te importa, ¿Qué paso con el "no tengo miedo a nada" " me encanta el riesgo"? ¿Te has vuelto un gallina, Jimin?- yo tenso la mandíbula intentando no caer en su juego, pero me esta provocando
- No soy un gallina por pensar como un hombre. Por querer ser un hombre de verdad- le digo con la mirada envenenada, él me mira enfadado pero suspira controlándose
- ¿Insinúas que este trabajo es de poco hombres?
- Solo digo que un hombre de verdad tiene un trabajo... honrado- él suelta una carcajada que hace que me entren ganas de golpearlo. Por primera vez siento ganas de eso.
- ¿Quién te ha metido esos pajaritos en la cabeza? - yo me quedo callado- pareces otro, Jimin. No eres ese chico al que recogí, al que tanto ayude y que tenía ganas de aprender, de hacerme ver cuanto agradecido es
- Sigo estando agradecido- digo entre dientes, sabe cuanto me afecta ese tema- siempre lo estaré. Pero no por ello tengo que estar toda mi vida tras tu culo- él parece sorprendido por esa forma de hablarle y sonríe a medias
- Oh, la serpiente esta sacando su veneno- dice y ríe- me decepcionadas.
- Lo siento, pero lo dejo y no hay nada que puedas hacer para convencerme. - me levanto de la silla dispuesto a irme
- Jimin, no me hagas enfadar- dice en un tono más serio- no me hagas sacar mi ira contra ti. Eres el hijo de mi hermana, en cierta forma te aprecio. Pero te juro que si sales por esa puerta te convertirás en mi enemigo. Porque todo el que me abandona es un traidor. Un traidor es un enemigo. Y ¿tú sabes lo que le pasa a los traidores?
- ¡Yo no te estoy traicionando!- exclamo alterado- solo quiero seguir con mi maldita vida lejos de esto ¿Por qué demonios no lo entiendes?- le sigo gritando
- Baja tu tono conmigo- me dice amenazante
- Si me aprecias por ser el hijo de tu hermana... Pues déjame en paz, ¡déjame ir, maldita sea!
- No- grita- de aquí nadie se va si no es porque yo lo digo
- ¿Así que se trata de eso, no? - digo bufando- !es tu puto capricho! Claro, no es que yo sea bueno, no es que tengas grandes planes conmigo.... Es que no te haces a la idea de que alguien te deje de lado, de que alguien se marche
- Eres tan estúpido- dice mirándome con desprecio- pareces nuevo, como si no lo supieras. - hace una pequeña pausa- esto funciona así, Jimin. Sabes que estos negocios van así, no puedes simplemente despertar un día y decir 'ah, pues lo dejo'
- Tú me dijiste una vez que cuando yo quisiese irme...
- ¡Eso fue antes! Métetelo en la cabeza, eso es el pasado. Y ya te he dicho que tengo planes, ¡un niñato estúpido no me los va a estropear!
- ¿Qué demonios te pasa?- le pregunto mirándole incrédulo- ¿Qué coño me he perdido en estos últimos meses que te has vuelto tan capullo? Mas de lo que ya eras

Y entonces siento un fuerte dolor en mi mandíbula. Ni siquiera me llevo la mano al lugar, solo me quedo allí parado asimilando que Martín me acaba de dar una bofetada. Siento algo de sangre en el labio, solo la saboreo mirándole intacto. Ni quiera me duele porque estoy demasiado cabreado. E incrédulo. Y es como si lo viese todo con claridad ahora.

- Nunca has hecho nada por mi en realidad. - afirmo como si acabase de despertar llegando a la realidad- no se como he sido tan idiota de pensar que tu me ayudabas.
- Lo he hecho
- No. Solo me utilizabas, cuando llegue a ti, me aceptaste porque yo no era más que otro adolescente idiota que caí en tus juegos, te aprovechaste de mí porque yo estaba solo en esta maldita cuidad, no conocía a nadie, no tenía a nadie porque los que tenía... me dieron de lado.
- Estas equivocado
- No, no lo estoy y lo sabes. Me llenaste la cabeza con cosas, mujeres, fiestas, dinero... me compraste- digo casi riendo histérico- y si antes podía llegar a tener alguna duda por compromiso a ti. Te aseguro que ya no.
- Jimin...
- ¡Jimin nada! Tú vales mierda igual que el resto. No tienes derecho a exigirme nada, todo lo que me has dado me lo he ganado. - le digo lleno de rabia
- Te vas a arrepentir de tus palabras
- Te aseguro que no.

Me doy media vuelta y salgo de allí. Cuando voy saliendo me encuentro con algunos de los que trabajan con Martín y me miran con cautela, todos saben mis planes de irme, de dejar estos negocios, aunque a la mayoría le importa más bien poco, no dudarían en pegarme un tiro si esas fueran las órdenes de Martín. Porque ellos son más de los pobres idiotas que han caído en sus juegos, en sus palabras, en llenarte los bolsillos de dinero y ponerte un **** en las piernas. Sonrío, yo ya no soy uno de ellos.

Y así...el tiburón se enamoró del pecesito 2 TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora