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Aun sigo sin creer que un hombre me haya golpeado como ese lo hizo. Nunca antes nadie me había puesto un dedo encima, mucho menos un hombre. Me duele absolutamente todo, siento que en cualquier momento me voy a desmayar pero no quiero poner a Jimin más nervioso de lo que está. Cuando por fin llegamos a casa, él no duda en cogerme en brazos para llevarme dentro y no sabe cuanto lo agradezco porque sentía que no podía dar un paso más.
- Quédate aquí, iré a prepararte un baño- dice suavemente acariciando mi mejilla mientras me deja sobre la cama, yo solo asiento.
Cinco minutos después él llega a mi lado y me desnuda, pero no hay nada lujurioso en eso, lo hace con delicadeza y preocupación, lo escucho maldecir y me imagino que es por los moretones, él envuelve sus manos en puños tan fuerte que sus nudillos se tornan muy blancos y siento la necesidad de entrelazarla con las mías a pesar de que él se oponía un poco, finalmente se relajo y cogiéndome en brazos me lleva a la bañera lista para mí.
Todo mi cuerpo se relaja al sentir el agua caer por mi cuerpo, cierro los ojos de forma placentera mientras siento la mirada preocupada de Jimin sobre mí, no puedo evitar pensar en los acontecimientos de esa noche, al igual que la vez pasada, yo solo estaba pasando una entretenida tarde con las chicas y tuvo que aparecer ella con su gorila y estropeármela. Realmente no creo que merezca esto y siento algunas lágrimas escapárseme.- No, mi amor, por favor, no llores- dice Jimin agachado a mi lado y me acaricia la mejilla, se inclina hacia mí y me besa dulce y corto en ella.
- Lloro de impotencia, Jimin. No es justo, nada de lo que nos pasa lo es, parece que el mundo esta en nuestra contra. No lo merecemos.
- Lo se, pero esto pasará, saldremos de esta, te lo juro.
- ¿Lo prometes?
- Si, todo ese drama, todo esta mierda terminará. Y tu y yo seremos felices - susurra contra mis labios y sonrío un poco.
- Métete conmigo- le pido dulzona, él me mira pícaro- no pienses mal, no ves que me duele todo- y veo como sus facciones se endurecen pensando en la causa- pero estoy bien, solo quiero que me hagas compañía aquí dentro- y le doy un pico en los labios.Él asiente y me complace, se siente tan bien. El me rodea de forma protectora y no me puedo sentir más segura que ahora. Jimin besa mi cabeza y juega con mis dedos sumergidos en un cómodo silencio.
Cuando salimos de la ducha, él vuelve a tomarme en brazos e incluso me pone mi pijama de vaquitas y sonríe burlón al vérmelo puesto, cuando intento acomodarme en la cama no puedo evitar gemir de dolor y él me mira preocupado, hace menos de cinco minutos me dio una pastilla para el dolor pero parece incrementar.- Llamaré a mi madre para que consiga al doctor ese que me atendió a mi la vez pasada- sin medir más palabras sale de la habitación y llama.
Cierro los ojos. De verdad que esto es una gran mierda. Lo único bueno que tengo ahora en mi vida es... él.