Capítulo 25

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Despierto cuando siento los rayos del sol en mi cara. Me remuevo en la cama, realmente no deseo abrir los ojos. Siento los brazos de Jimin rodearme por la cintura, y cuando me doy la vuelta para mirarlo, él me apretuja más contra él con los ojos aún cerrados y completamente dormido. Miro la habitación de Jimin, quien todavía no se ha mudado al nuevo piso y me pregunto como hemos llegado a casa, porque yo al menos no lo recuerdo.
Me incorporo a pesar de los pequeños quejidos de Jimin por separarme de él. Me cubro la cara con las manos mientras pienso en todo lo ocurrido anoche. Y realmente no me reconozco. ¿Esa era yo? ¿No habré tenido a alguien metido en mi cuerpo? ¿De verdad estuve borracha? ¿Hice pipí entre los arbustos? También recuerdo un poco mis momentos de bipolaridad, cuando reía a carcajadas con esa chica rubia, estoy segura que se llama Ana, y al segundo después estaba llorando mientras Daniel intentaba consolarme. Y entonces fue cuando llego Jimin y casi se arma una buena. Nota mental: tengo que pedir disculpas a Daniel por aquello.
Y yo me pelee con Nikki.
¿Realmente fui yo esa que le dio una paliza? ¿De verdad la ataque? Ella se metió con mi padre, o bueno, hizo mención de él sabiendo que es un tema delicado, me provoco totalmente, pero no me puedo creer que me haya lanzado sobre ella y le haya pegado salvajemente.
Y después viene otro recuerdo a mí. Jimin y yo haciéndolo en el parque. Me sonrojo totalmente al pensarlo, porque de hecho fui yo la que le pedí hacerlo allí y él como todo un pervertido que es acepto encantado. Dios mío que vergüenza. De verdad que esa de anoche no era yo. Juro por Dios que jamás volveré a beber, no solo porque me haga comportarme de tal manera si no porque también me deja con un maldito de dolor de cabeza casi insoportable.
Miro a Jimin que sigue durmiendo placidamente, me levanto y rebusco por la casa alguna aspirina, Ibuprofeno o lo que sea que me haga calmar el dolor, definitivamente estoy con resaca. Después de tomármela, me voy al baño y me lavo la cara, parezco un zombie. Y sigo sin creerme lo de anoche.
Cuando ya estoy en la cocina terminando de prepararme unas tostadas con zumo de naranja siento los brazos de Jimin rodearme con ternura y me da un suave beso en el cuello logrando estremecerme. Me doy la vuelta todavía en sus brazos, él me mira de arriba bajo con descaro y se muerde el labio inferior, yo me miro y me doy cuenta que ando con una camiseta de él, que hace que él pueda tener buenas vistas de mí. El busca mis labios y los besa apasionadamente y acuna mi trasero entre sus manos mientras sus besos bajan por mi cuello. Decido apartarlo porque ya me imagino en que terminará esto.

- Andas provocando- me susurra contra mis labios, yo sonrío divertida.
- No recuerdo haberme puesto esto anoche, ni siquiera sé como llegamos.
- Mmm- dice él pensativo- Pues resulta que después de haber tenido un poco de sexo salvaje en el parque - dice pícaro haciendo que un leve sonrojo se apodere de mis mejillas- te quedaste dormida, me toco traerte en brazos y al llegar aquí... desnudarte- yo le miro con los ojos bien abiertos- ¿Qué? Supuse que no querías dormir con la ropa, hubiese sido incomodo. Te hice un favor- se defiende, yo le miro con la ceja enarcada y me cruzo de brazos- mejor agradece que no te viole ahí mismo.

Yo suelto una carcajada y lo rodeo con los brazos por el cuello, él se inclina esperando un beso con los ojos cerrados, pero yo solo permanezco mirándole con diversión, él abre los ojos confuso y sonríe. Me toma por los muslos y hace que le rodee por la cintura con mis piernas mientras va depositando excitantes besos en mi cuello.

- Tengo hambre- susurro.
- Y yo- dice con los labios sobre mi piel
- Pues comamos- digo intentando bajarme de él, pero él se mantiene firme y me aprieta contra él.
- Yo ya estoy comiendo, pececito. - dice con diversión y vuelve a poseer mis labios. Y no en mucho tiempo también mi cuerpo.

Y así...el tiburón se enamoró del pecesito 2 TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora