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Sé que algo esta pasando. Jimin ha estado estos últimos días muy extraño y no me quiere contar absolutamente nada, ni siquiera de cómo va en su colaboración con la policía. Cosa que esta comenzando a preocuparme de verdad por lo nervioso y ansioso que lo he visto últimamente. Solo espero que las cosas terminen bien. Él me lo prometió.
Cuando por fin abren las puertas de entrada me olvido del tema y arrastro a Jimin conmigo dentro. Cogemos un buen sitio, ¡y no puedo creer que los vaya a ver desde tan cerca! Me convenzo a mi misma de mantener la calma. Debo reservarme para cuando salgan al escenario.
Miro a Jimin a mi lado, me pongo en puntillas y le doy un beso en la mejilla, él me mira y sonríe, aunque sigo notándolo lejano, no quiero seguir interrogándolo para que no se moleste. Pero algo raro esta pasando.
Cuando por fin salen estoy segura que me quedaré sin voz de lo fuerte que grito y que Jimin quedará sordo por la misma razón. Él simplemente se limita a grabar todo como le pedí y yo me centro en disfrutar de las maravillas que tocan y cantan haciéndome gritar a todo pulmón. Siento que hacia tanto tiempo que no me divertía así, que me siento llena de vida. Y todo gracias a Jimin que se esfuerza en hacerme feliz. Lo miro y frunzo al ceño al notarlo tan serio.- ¿Qué pasa?- le pregunto a gritos y él niega con la cabeza- Jimin...- él sigue ignorándome y mantiene la vista fija en su móvil. Me asomo y leo un mensaje. "Ven enseguida,Park" - ¿Quién es?
- Nadie- dice pálido- debo irme ya.
- ¿Qué? No, pero... ¿y yo qué? ¿Quién te envío eso?- le exijo saber celosa imaginándome que es una chica.
- Nadie que sea importante. Sólo sigue disfrutando aquí. Me voy- y me da un beso en los labios antes de perderse entre la multitud.Me quedo allí parada confusa. ¡¿Qué coño estoy haciendo?! Salgo corriendo detrás de él a pesar de lo difícil que resulta con tanta gente, pero tengo que saber que esta pasando. Lo veo subirse a su moto y no me escucha cuando grito su nombre. Maldigo varias veces y paro un taxi.
- Siga a esa moto por favor- le pido al taxista y paso por alto el hecho de que eso suena de película.
Unos minutos después, Jimin para en un gran almacén que parece vacío, le pago al hombre y salgo del taxi sin quitarle los ojos de encima a Jimin, me provoca llamarlo, pero me controlo, algo me dice que no lo haga. Y no se porque todo esto me huele a que tiene que ver con Martín y sus malditos negocios.
Entro con cuidado por una puerta trasera, miro a mi alrededor medio perdida porque no se porque puerta se ha metido Jimin, hasta que escucho unas voces. Me acerco a la gran puerta asomándome, y veo a Martín delante de él alterado. Y con una pistola en mano. Siento ganas de ir hasta Jimin y protegerlo. Y entonces siento a alguien detrás de mi y como algo frío se apoya en mi sien. Un arma.- Ni se te ocurra moverte, princesita.