Capítulo 39

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Cuando despierto al día siguiente el dolor de cabeza me mata, quizás me pase de copas con Ana anoche, pero fue inevitable, necesitaba no pensar, necesitaba reírme hasta más no poder alucinando con los efectos de la Marihuana. Y entonces recuerdo que no solo fue marihuana. Sino También cocaína.
Me incorporo de golpe en la cama volviendo a mi realidad ¿de verdad esa fui yo? ¿_____ probó la cocaína? ¿Qué demonios hice? ¿en que pensé? Siempre he rechazado eso, incluso recuerdo cuando me gane problemas con Jimin cuando le tire la coca delante de sus amigos, o cuando él tuvo una sobredosis. Suspiro profundo. Joder, tranquilidad. Fue solo un poco, una rayita de nada. No importa. No tiene porque afectarme. No significa nada. Pero no puedo evitar no sentirme bien sabiendo eso.
Miro a Jimin, que sigue dormido y casi parece un ángel, no recuerdo mucho como llegue a casa, pero ¿él dijo que me contaría lo que pasa? Suspiro profundamente, me levanto de la cama con cuidado de despertarlo, me voy hacia el baño y me doy una relajante ducha, para después preparar el desayuno para los dos. A veces me pregunto como estamos bien, si Jimin no esta trabajando y yo mucho menos, ¿es que tan bien le iba en esos negocios suyos? Sea cual sea la cosa, no olvido mi conversación con Ana de trabajar con ella en el bar que inauguró su tío. Puede ser divertido y estaría bien ganar dinero por primera vez por mi misma.

- ¿De que hablas?- me pregunta Jimin detrás de mi mirando curioso, sin darme cuenta hable en voz alta.
- De que Ana, me propuso trabajar con ella y su tío durante unos días en el bar que él acaba de abrir - digo sin mirarle terminando de untar mermelada a las tostadas.
- Mmm...
- Sé que ella no te gusta por eso de que eres un celosín que no te gusta compartir- me burlo.
- Ya ya- dice, me rodea con sus brazos por la cintura y me da un beso en el cuello- no se me ha olvidado lo de anoche- yo hago una mueca y me separo de él.
- Ni a mi lo de ayer en la tarde. - él rueda los ojo - no quiero pelear, solo quiero saber que pasa. Odio la sensación de que me estoy perdiendo cosas importantes.
- Esta bien, que te parece si desayunamos y luego hablamos- yo asiento y poniendo las tostadas y el zumo en la mesa.

Nos sentamos en silencio a desayunar, cada uno metidos en su pensamientos, quizás él pensando como contarme lo que pasa. Y yo sin dejar de pensar en que momento me decidí a probar la cocaína y si debo decírselo a Jimin.

- Bueno... verás- comienza a hablar Jimin- se trata de Martín- va directo al grano, yo le miro y dejo la última tostada a medias- tu sabes que yo decidí salirme de eso... y bueno, realmente es difícil salir de eso sin problemas, más bien es casi imposible salir en definitiva- dice asintiendo- y Martín es un puto cabrón, que esta decidido a joderme al menos un rato. "Si entras, no sales" esa es la regla.
- Y tu la rompiste...- completo por él.
- Si- y toma aire- pero no me voy a dar por rendido. Me esperaba esto, él me aviso de alguna manera que no me dejaría tan a mis anchas así porque sí. Según me ha dicho Roberto él esta planeando algo contra mi, bueno, él esta haciendo negocios con un narco muy fuerte del mundillo, y quiere que yo este allí trabajando para él, cerrando ciertos de esos negocios.
- ¿Y lo harás?- pregunto temerosa.
- ¡Claro que no! Yo no soy un muñeco, él no podrá manejarme. Con otros lo habrá echo, conmigo no lo hará.
- ¿Y si no haces lo que dice?- él se acerca a mi y acaricia mi mejilla.
- Bueno... cuando no haces lo que un narco dice es muy probable que termines tres metros bajo tierra. - yo gimo en voz baja y le tomo la mano- pero no pasará. A menos que...
- Dilo, ¿a menos que qué?- le pido que termine la frase.
- Martín tiene unos juegos muy raros, bueno, no tanto moviéndose en donde lo hace. Él va a por el punto débil, él va a hacerte daño directo, a chantajearte con dañar a quienes quieres, es su más eficaz método: todos los que no cumplen con lo que él quiere, terminan cediendo por temor a que mate a sus familias.
- Eso es repugnante.
- Si. Pero funciona. Y eso es lo que quiere hacer conmigo.
- No lo entiendo- le miro con una mueca.
- Yo no tengo a nadie, _____ . Solo a ti. Y él lo sabe. Él querrá joderme queriendo hacerte daño.
- ¿Y si eso pasa?- le pregunto con la voz en un hilo.
- No pasará. Porque primero descuartizo a quien se atreva a tocarte un pelo- dice seguro de sí mismo.

Y así...el tiburón se enamoró del pecesito 2 TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora