Capítulo 53

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- ¿Dónde demonios estabas? - me grita Ana muy molesta, la miro sorprendida.
- Estaba con Jimin es que…
- ¡¿Qué?! Maldita sea, _______. Eres una gilipollas- me insulta, yo la miro alucinando y me enfado de repente.
- Ten cuidado con como me hablas, eh. Yo le pedí permiso a José para irme y…
- Si, pero te di un permiso de unas horas, ______- interviene José más sereno- ¿has visto la hora? Son las diez de la noche, joder. ¿Sabes todo el lío que hemos tenido? Y a ti se te ocurre venir justo luego de pasado el tiempo de mayor clientela.
- Si, la reina tan inteligente- habla con sarcasmo Ana y la miro molesta.
- Vete a la mierda- le susurro, ella da un paso hacia dispuesta a todo pero José interviene.
- Ya esta, no os vais a pelear por Dios
- Es que ella… joder, ¡nos dejo todo el trabajo! ¿Qué clase de maldita amiga hace eso?- yo la miro alucinando aún, no conocía ese lado suyo.
- Lo siento ¿vale?- me disculpo queriendo ponerme en su lugar si me hubiese paso a mí- pero es que… cuando llegue Jimin estaba mal herido, me quede a cuidarlo y se me fue el tiempo, lo siento en serio.
- ¿Cómo que mal herido?- pregunta José sin embargo Ana rueda los ojos.
- Si, larga historia- digo haciendo una mueca- ahora esta mejor. 
- Bueno, en todo caso podías haber avisado ¿sabes? En los tiempos que corren el móvil para algo esta- me regaña sin querer sonar muy duro. 
- Lo se- digo y hago un puchero tierno.
- Bueno… esta noche cerramos temprano, tengo una cita con unos amigos- dice guiñándome el ojo y Ana hace un gesto de asco y se va a la cocina- esta muy cabreada. 
- Lo se, no era mi intención.
- Bueno linda, tú sabes que mi deber es quitarte del sueldo este día no trabajado eh
- Lo se- digo y suspiro pesadamente- pero ahora mismo me pongo a trabajar.

Él asiente y se va, mirando a mi alrededor veo no hay mucha gente, haciendo una mueca voy a la cocina y me preparo para atender a cualquier persona que me necesite, Ana me mira fumando un cigarrillo con odio, sí, nunca creí que me daría esta mirada.

- Oye… dije que lo siento.
- Lo se- se limita a decir.
- Yo… esta misma noche me voy de tu casa, bueno, no tengo nada allí excepto unas bragas- digo esperando hacerla reír, carraspeo al ver que se queda igual- así que iré a por ellas luego y… o bueno, mejor tíralas- rectifico al ver su cara de desagrado al escuchar que volvería a su casa- no me hacen falta. Yo… gracias por haberme dejado quedar en tu casa
- De nada- se limita a decir, me doy media vuelta para irme pero ella me detiene- oye, ¿volviste con Jimin, no?
- Si, hablamos y estamos bien. 
- Me alegro- dice seca.

Salgo de allí confusa y me quedo en la barra mirando a los clientes, entonces veo que en una mesa esta Daniel. Joder, ¡Daniel! ¿Hace cuanto ni le veo? Ni siquiera me acordaba de él y ese pensamiento me hace sentir algo culpable, recuerdo que la última vez que la ví fue después de aquel fatal botellón, en el que por primera vez mantuvo una conversación normal con Jimin sin comenzar a matarse, aunque Jimin seguía mirándole con cautela y vigilando cada paso que él daba, dispuesto a caerle encima si él me tocaba. Me río tanto por sus celos.

- ¡Daniel!- le saludo acercándome, él me mira sorprendido.
- ¡_____! Estabas perdida- se levanta y me saluda con dos besos- ¿Cómo estas?
- Pues aquí, ya ves- digo mirando a mi alrededor- sabiendo lo que es trabajar.
- Guau, así que madurando- él se burla y le pego en el hombro.
- ¿Cómo has estado?
- Muy bien, ¿sabes? He conseguido plaza en Grado Superior- dice orgulloso.
- ¡Genial! ¿Es lo que querías, no?
- Si, estoy muy contento. Además, ya en dos días vuelve Lorena.
- ¿Ah si? No tenía ni idea
- No me extraña. Me ha dicho que te ha sentido muy lejana estos días que ha conseguido hablar contigo, incluso me pidio buscarte, pero ya sabes… no me gusta meterte en líos de chicas- yo hago una mueca.
- No hay ningún lío. Si es cierto que no he estado como antes, pero es que muchas cosas han cambiado ¿sabes? Y… bueno, yo la quiero. Y a Marta y Mónica también. Pero no se- digo encogiéndome de hombros- no ha sido intencional. 
- Tendrás que recompensarlas cuando vuelvan- dice sonriente.
- Lo se, ay mis locas- digo suspirando con nostalgia.
- ¿Y que tal te va con Jimin?
- Me va genial, estamos bien… algunos discusiones pero estamos aprendiendo a llevarlo.
- Me alegro- dice sincero y le miro sorprendida- hablo en serio, oye… ese chico ha demostrado que te quiere realmente. Romperme la cara tantas veces no es normal- dice bromeando y yo río.
- Fue malo contigo pero…
- Esta en el pasado. Lo superé. 
- Genial- digo riendo- oye, ¿te han atendido ya?
- No, la verdad y muero de hambre.
- Pues pide por esa boquita.
- No se, tráeme algo rico, lo que quieras.

Dudando un poco termino por irme a la cocina y pedirle su plato favorito. De lejos veo a Ana hablar por teléfono de forma acalorada y me entra curiosidad de saber con quien pero me contengo de acercarme. Unos veinte minutos después el chef me da el pedido de Daniel y voy a llevárselo. Él lo mira emocionado y me da las gracias. Y justo antes de darme la vuelta para ir a atender otra mesa, me siento decaer, sin nada de fuerzas y mareada. Mi vista se nubla y lo último que siento son los brazos de Daniel cogiéndome y un pequeño murmullo a mi alrededor.

Y así...el tiburón se enamoró del pecesito 2 TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora