Capítulo 38

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Jimin

¡¿Dónde demonios se ha metido?! La mataré, juro que la mataré cuando la vea. Son las doce de la noche y ella no aparece, ni me coge el teléfono. Oh, si morirá. No es posible que me tenga así, no soy su padre o algo así para tener que estar en casa a esperar que a la señorita le de la gana de aparecer. Tengo suficientes problemas para su maldito comportamiento ahora. Seguro esta con la tonta esa de Ana. Las mataré a ambas. Escucho tocar el timbre, me acerco y la veo riendo junto a Ana, quien la ayuda a sostenerse. Abro la puerta como alma que lleva el diablo.

- ¿De donde vienes?- le pregunto cruzado de brazos, ella bufa e ignorándome entra en casa, se tira en el sofá y Ana se ríe bajo en la puerta, la miro fulminándola.
- Oye, no fue mi culpa. Solo fuimos a mi casa un rato, había vodka y unos porritos y ya sabes...
- Mira, Ana. Me importa una mierda, no me gusta que estés cerca de ella, no eres buena para ella. _______ no fuma, no bebe, maldita sea desde que se junta contigo esta que no para de hacerlo. Si la consideras tu amiga no le des alcohol o drogas, ¿entendido?
- Exageras, Jimin. He pasado mucho tiempo con ella últimamente, y si a veces nos pasamos de copas o nos quedamos medias fumadas, pero es un rato Jimin, por diversión, para olvidar...- yo frunzo el ceño
- ¿Olvidar qué?
- Ella echa de menos su antigua vida aunque no lo diga estando en sus cinco sentidos, cuando esta **** dice muchas tonterías- dice y ríe como la tonta que es- ella es feliz contigo, pero odia que peleen y siente que tu no confías en ella. Ya sabes, con los problemas que tienes...
- Yo solo quiero cuidarla. - susurro.
- Ocultándole las cosas no ayudas- dice, se encoge de hombros y me da unas palmaditas.
- Al final no serás tan tonta.
- Ni tu tan estúpido. - ambos reímos- me voy, cuídala- me guiña un ojo y se marcha
- Ven aquí mi amorcito- escucho decir a ______ desde el sofá, me acerco a ella que me mira haciendo un puchero- no me regañes.
- Eres una inmadura- digo intentando hacerme el duro- me preocupaste.
- Alguien quiere hacerte daño y no me quieres decir, ¡yo quiero defenderte! - dice levantándose y poniendo las mano en puños provocando mi risa.
- No puedes ni contra una mosca- ella hace un mueca graciosa- ven aquí. No bebas más, ¿ok? Vamos a dormir- digo pero antes de que de un paso ella ya esta en suelo y se ríe como lunática- vamos, levántate.
- Llévame en brazos- dice estirando sus brazos desde el suelo hacia mi - vamos, cógeme.
- Mmm... no se- digo haciéndome de rogar
- Jopee- se queja como una niña pequeña

Me agacho riendo y la cojo en brazos, acurrucándola contra mi pecho como si fuese un bebe. Ella murmura cosas que soy incapaz de comprender y se acomoda en mis brazos. Quería matarla, pero es ver sus ojitos de cachorritos que me pone y me compra totalmente, es jodidamente difícil hacerse el duro con la persona que amas.

- Descansa, ya hablaremos mañana- le digo acostándola en la cama.
- Estoy incomoda, desnúdame- susurra.
- Encantado- digo riendo entre dientes y muerdo su labio inferior mientras la voy dejando en ropa interior.
- Mmm te quiero- murmura- y me tienes que contar todo. ¿Lo harás? - yo dudo un momento.
- Si, mañana te contaré todo.
- ¿Lo prometes?
- Si, prometo decirte que esta pasando, aunque no se como te lo vayas a tomar- digo haciendo una mueca, mientras me acuesto a su lado abrazándola por la cintura.

Y así...el tiburón se enamoró del pecesito 2 TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora